Esta frase, tan ocurrente como corriente, me resulta curiosa porque yo nunca he sentido ser de ninguna manera especial, aunque reconozca mis diferencias.
No se si esta rotunda afirmación obedece a una forma de excusa o una forma de reafirmación de alguien que se siente satisfecho de su personalidad.
En este período de recogimiento, me he dedicado a observar a dichas personas y según veo son personas inseguras y tozudas que quieren jugar en la liga de los más, con un conocimiento de lo ya aceptado, basado en la lógica de la experiencia, que deja mucho que desear y que los hace sentirse en la liga de los menos. Siempre hablando de conocimiento.
En lo que a mi respecta, cada uno puede elegir su forma de enfrentarse a su realidad; nadie tiene la culpa de como ha sido educado; pero eso no significa, de ninguna manera, que aquellos de los que se esfuerzan por participar en el grupo tengan que soportar su falta de respeto, su falta de educación, o incluso su grosería y malos modos.
Por lo tanto creo que nadie es así porque lo haya elegido y todos somos lo que podemos ser de acuerdo a lo recibido... pero, al mismo tiempo, todos podemos aprender y el esfuerzo no es tan grande si dejamos de pensar en nosotros como un bloque de granito y pensamos en nosotros como arcilla moldeable e intentamos comprender lo maravilloso que es aceptar que no se puede ser inamovible en un mundo que descubre tantas nuevas verdades cada día. Finalmente, para no sentirnos desamparados, podemos probar un pequeño cambio cada día: no gritar, poner la música a nivel nacional, freir chorizos en el balcón, con la excusa de que "si ellos pudieran también lo harían" refiriéndose a los vecinos, claro; o mejor aún: que en nuestro país las cosas se hacen así y al que no le guste que se aguante.
Aceptar que la ciencia nos cuenta que, aunque todo esta por llegar, la única forma de progesar es respetando a los demás, aún a aquellos que consideremos demasiado educados...