Decía Alba, una de mis alumnas más jóvenes que si el calentamiento global tenía algo que ver con la velocidad con que el tiempo pasa y a mi me pareció divertido pero me sorprendió porque este fenómeno, en el pasado, por ejemplo hace treinta años, sólo sucedía a las personas mayores de 50 años. Probablemento este encogimiento de la percepción del tiempo sea efecto del desarrollo tecnnológico y del hecho de que ahora nuestros jóvenes tienen tanta diversión y actividades extra escolares que no llegan a estar conscientes de su paso.
De cualquier forma, es cierto que el tiempo vuela; por ejemplo, hemos dejado atrás Halloween y ya estamos todos enfocados en las Navidades y sus frenéticas actividades: fiestas, cenas de compañeros, compras de regalos para la familia y un largo etc, que da fatiga recordar. Aquí y ahora, es cuando la teoría del vaso de mi padre, Don Marcelino Fernández Rodriguez, cobra gran sentido:
"Haz las cosas una a una con toda tu atención, como si estuvieras lavando vasos, uno a uno hasta que queden relucientes, sin pensar en los que quedan ni en los ya lavados y te dará tiempo a todo sin que tengas que ponerte nerviosa y sin que te ataque el cansancio"
Y funciona, ha funcionado siempre desde que me lo enseñó.
Yo por si acaso, sigo siendo la eterna buscadora de técnicas que me proporcionen bienestar, sin tener que renunciar a mis múltiples actividades y hoy, os recomendaré los "MUDRAS" o el Yoga de las manos.
Nunca pude practicar el Yoga por mucho tiempo porque me da una gran pereza ir al gimnasio, pero esto, a mi entender, es genial y requiere muy poco esfuerzo.
El libro está escrito por GERTRUD HIRSCHI y se llama MUDRAS, el poder del Yoga en tus manos de la editorial Urano. Espero disfrutéis descubriendo nuevas puertas al conocimiento que los Orientales siempre han sabido cruzar.