7 julio 2010
El viaje empezó en mi cabeza hace casi 1 mes pero hoy ha empezado oficialmente. Vuelo Madrid-L.A., con escala de 3 horas en Miami.
Es un día con 6 horas extra, que suman 12 si se añaden a las 6 que gané el lunes, cuando hice Shanghai-Madrid. ¿Cuántas horas podría seguir ganando si siguiera viajando en el mismo sentido?
Miami es una transición geográfica entre Madrid y California- pero también cultural: ruidosa aglomeración frente a la cámara diminuta de un bar del aeropuerto (gente vestida de rojo sentada en el suelo y animando a España), salsa everywhere, y mucho sol ahí - jet lag de 12 horas y no llevo gafas de sol… (en mi opinión el “jet lag existe” y además “vampiriza”).
Acabo de ir a comprar un sándwich- mi vecino le ha dicho a la camarera “un cubano, mami”- así que yo he pedido ídem (descubrimiento- sándwich caliente de jamón, queso y cerdo). El cubano es enorme. Tardo una hora en comerme la mitad. Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que la “rotación” en las mesas es muy inferior a la que habría en un aeropuerto español. Están todos comiendo a dos carrillos (los que están acompañados no hablan apenas entre sí) pero las raciones son tan grandes que necesitan Tiempo. Quizá en USA la productividad aumentaría si disminuyeran las raciones. La misteriosa relación tocino/velocidad…
Esta noche llego a L.A. y la aventura empieza mañana en “Sin City”, aka Las Vegas. Todavía no me puedo creer que esté haciendo esto yo solita! Me gusta- California, here I come!