María y Paula han elegido el esfuerzo, la exactitud, la pasión por la armonía y la belleza. Tienen esa gracia que acompaña a la “prima donna” y ese estilo que alarga los brazos y el cuello marcando cada nota de la música con elegancia y precisión.
Diferentes, dos voluntades distintas, separadas por varios años, ambas han sido tocadas por la gracia de la danza. Las puntas magníficas en ambas, a pesar de las horas y el dolor de los interminables ensayos.
El espectáculo magnífico, grandioso, cubrió todos los estilos musicales imaginables. La puesta en escena genial, dinámica y la pasión por la perfección mostró un trabajo bien hecho.
Mis felicitaciones a todos los que han hecho posible que el milagro de la danza haya llegado a esos chicos y chicas estudiantes con tanto acierto.
Mis felicitaciones también a las madres y padres que acompañan a sus artistas y especialmente a las madres que tanto trabajan por ellas.