Conéctate...
Grupos musicales
Libros Online
- Detalles
- Creado en Miércoles, 09 Mayo 2018 09:28
- Un soneto me manda hacer Violante.
- Mi amigo Paulino, que tanto me ha ayudado en estos meses de cambio.
- Sobre qué viaje escribir: ¿Chile, Ibiza, Venecia?
- Pienso. Remoloneo. Observo las fotos en busca de inspiración. Es inútil, comprendo. A mí los viajes no me interesan ni antes ni después. La foto se me olvida una vez hecha. Queda sólo el instante de creatividad, la atención plena en un flamenco delante de la Cordillera de los Andes. El fogonazo del encuentro. De las primeras palabras y la sonrisa sincera antes del prejuicio inevitable de los que sabemos tanto y estamos tan “viajados”. Quedan las sincronicidades que se dan cuando dejamos que la Vida nos lleve. Cuando le permitimos dibujar planes porque no tenemos agenda. Cuando no sabemos ni dónde vamos a dormir mañana- y, la verdad, no nos importa. Porque es mañana. Y seguramente, después de una conversación durante el desayuno, nos alegremos de poder decidir quedarnos una noche más o coger un autobús en 2 horas y hacer lo que el argentino que tienes delante dice ser de lo más bonito que ha visto en la vida, o en este viaje, o simplemente “no te lo pierdas”, o tampoco es que te lo recomiende tanto…pero te sobran días (te sobran días!!!) Y te das el lujo de malgastar uno, así por deporte, porque tú lo vales. Y de repente empiezas a escucharte, a tomar decisiones no racionales, a dejarte guiar por el instinto. La magia sucede. Y vas a esa laguna, ves un arco iris doble completo, subes a bailar al techo de un autobús venido de un safari de África y, en el último momento, te dan un pisco sour en la puesta de sol. Error. La música deja de sonar. De repente, todo te da vueltas a 2.500ms de altitud. Y cuando vuelves a la cocina de tu hostal, que gira cual ferry filipino, no alcanzas ni a hacerte una manzanilla. Alguien te recomienda mate de coca; el dolor de estómago y de cabeza no da tregua. A la mañana siguiente compartes el desayuno con el capitán de un barco de Nueva Caledonia que te dice que anoche, durante el numerito, le recordaste a uno de sus viajeros con “mal de mer”- y de paso también te dice que le recuerdas a una ex. Tiene una vida alucinante.
- He vuelto a Chile… ¿Por dónde iba?
- Ah y luego está la música. La música que te acompaña y que para siempre te recordará ese preci(o)so instante en el Budha Bar de Ibiza, delante del mar, mientras lees y haces Ho'oponopono. A Daniele le están entrevistando como miembro de las bandas que están tocando en el festival swing de este fin de semana. Paulino te escribe un WhatsApp y te recuerda que el deadline para enviar un relato de viajes para no viajar se aproxima. Le mandas el vídeo del concierto de anoche en la plaza de San Antonio, bailando swing bajo la luna llena. Recuerdas a Daniele anoche feliz, bailando todas las canciones, sonriendo. Vuelves al momento, al mar… a Daniele, que cuenta al periodista cómo lo dejó todo, cómo encontró su camino en la música, lo que siente con ella.
- Lo he vuelto a hacer. Me volví a marchar.
- Estaba hablando de las sincronicidades, de las casualidades maravillosas, de la magia. De los momentos en que la Vida inunda la sombra como cuando el sol de mayo se filtra a través de las hojas nuevas de los árboles del Retiro. Creemos que esto sólo pasa en los viajes. Y pensar que hay gente que vive así siempre. No me refiero a vivir viajando, sino a vivir viviendo. A sentir el calor del sol un martes cualquiera. A tomar decisiones dejándose llevar por la Vida y no por el Miedo.
- Todos los días pueden estar llenos de luz, de oportunidades, de música, de inspiración. Sólo hay que darnos un respiro. Dejar un hueco en la agenda y dejar que el sol nos sorprenda.
- Sólo entonces una góndola podría pasar por nuestro lado en el momento justo para cumplir un sueño.
Flashes
Siguenos en ...
