Los adultos rara vez sabemos interpretar los sentimientos de los otros adultos pero si se trata de niños, entonces, en general, somos un completo desastre.
Os voy contar anécdotas de los niños que rodean mi vida, anécdotas que han llenado de risas mi semana.
Ángela chiquitita de dos años está muy enfadada y triste cuando su madre la recoge de la guardería, la madre con un tremendo sentimiento de culpa intenta que la niña le diga que le ocurre pero la pequeña no quiere hablar con ella. La madre se angustia pensando que tal vez no debería haberla llevado tan pronto al cole y pasa la tarde presa de grandes remordimientos.
Después de la siesta, en casa, la madre vuelve a preguntar:
“¿Quieres contarle a mami por qué estabas tan enfadada y triste cuando te recogí en el cole?”
Ángela con tono de disgusto contesta a su madre:
“¡Es que viniste muy pronto a recogernos!"