Bailar es democracia.
Bailar es alegría.
Es sentir, ser, celebrar.
Es olvidar el pasado.
Bailar es escaparse
por un agujerito.
Bailar es despeñarse
por el acantilado
y dejarse salvar
por otra mano.
Y entre las costuras
de los pasos marcados,
se escapa la magia
y se hacen infinitos.
No hay futuro,
no hay dolor,
no importa la vida
ni sus muchas aristas.
Sólo existes tú
que me coges la mano.
Sólo existes tú
que me haces bella.
Y vuelo y me abandono.
Dejo de ser yo un ratito
para ser quien realmente soy:
una niña.
Desde hace unos meses,
mis noches son eternas.
Y me siento más yo
y más libre que nunca.
Y me da igual quién seas
en la vida absurda.
Eres mi otra mitad
bajo esta luna
llena de luz y swing
sobre la pista de baile,
o en un parque,
o en la playa.
Y si la música para
porque se va la luz
en el teatro,
daremos palmas
para seguir al compás
en un abrazo.