te sorprenderá su desolación, sus montes son como cenizas apiladas, que en cualquier momento pudieran desmoronarse, sus paisajes, áridos, secos, vacíos de plantas, llenos de cielo azul, de aire en movimiento, en medio del océano, desde el fondo del mar.
La energía de Lanzarote te alcanza desde el primer momento, es lo mismo en todas las Canarias. Puede herirte, o hacerte sentir diferente, en mi caso la química resulta ser buena, a pesar de que es fácil dejarse ganar por la melancolía en un lugar así.
Llena de olas y aguas cristalinas, así la reflejo en mi pensamiento. Un lugar donde se encuentran sol y luna. Algo pequeño, pero firme.
Late en medio de un océano al que no se asocia la aventura, pero que esta lleno de ellas. Atlántico…que desapercibido pasas, y sin embargo bañas costas africanas, europeas, americanas…en medio de todo, sin hacer ruido, a la sombra de tu hermano mayor…el Pacífico.
Cada cierto tiempo sopla, desde África, un viento llamado Calima, que porta nubes de arena desde el Sahara, y hace que la superficie de Lanzarote sea de arena blanca en vez de negra. En la caleta de Famara, sopla con especial ímpetu, y cuando ya se ha marchado de todas partes, se despide allí con unas horas más de un ulular incesante. La casa se llena de arena, la pintura de los coches se araña, los ojos duelen al mirar, y hay un constante aroma a arena en el ambiente, y es que resulta que estas islas están en África, y eso se hace notar, sobre todo con increíbles atardeceres rojos.
A pesar de todo, el mar nos recibió con sus mejores galas…olas todos los días, algunos incluso con sol, y las aguas “glassy” con las que todo surfero sueña. Visitamos olas míticas como el Quemao, e incluso nos bañamos en otra de ellas, La Santa, en que hay tres picos, para tres niveles de surfero. Un gran lugar…donde esperando la serie, flotando tranquilamente en el agua, incluso me pareció sentir la tierra rugir y temblar…
Días de viento, sol y mar…con excursiones a bares excavados en la roca, a playas en el extremo norte de la isla, a Arrecife y su paseo…y sobre todo mucho surf, agujetas y buena energía.
¿Y que haces en un sitio donde todo el mundo parece desaparecer a las 6 de la tarde con el sol? Pues te adaptas a otro horario, y buscas tu hueco, en la calma que despiden las canarias, tomándote tu tiempo y es que una semana no da para mucho mas.