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Creado en Martes, 01 Diciembre 2015 18:14
No he podido hablar de esta terrible muestra de odio, fealdad y complejo.
Me dolía demasiado nuestra estupidez, el seguir alimentando, protegiendo, sin condiciones, y dando santo cobijo a un enemigo que nos esforzamos en no reconocer ni aceptar a pesar de sus reiteradas amenazas e insistentes declaraciones de guerra y ataques.
A pesar de no odiar ni tomar represalias, no creo que haya nadie en su sano juicio, en España, que haya olvidado el "11 M" de Madrid, y todos los demás ataques sufridos por Estados Unidos y el resto de Europa .
Como dice un amigo mío, escritor con vocación de ilustre, no debemos odiar, pero no debemos, así mismo, permitir que la envidia e incapacidad intelectual de comprender la grandeza del desarrollo humano, nos destruya.
Yo solo soy una simple profesora de inglés, que tiene su opinión desde la observación de los muchos años estudiando y aprendiendo de la observación.
Alguien que ama la Historia pero que no vive en el pasado. Que lee a los clásicos, quien entiende su grandeza e influencia, pero que, basada en sus grandes aportaciones, mira siempre hacia el futuro.
Si el pasado, con todo su dolor hubiese sido diferente, nuestro presente habría sido muy distinto. Aquí y para mi entonces, se trata de si podemos seguir mejorando con lo mucho que nuestros antepasados hicieron para ello.
Probablemente, los principios del personaje indiscutible de Cristo difundidos por los cristianos - y para no ofender a los agnósticos y ateos- y no por las varias religiones tan imperfectas como humanas, que aún con todos sus errores de versión, han difundido una ética fácil de asimilar ,
por pura lógica. Tal vez hayan sido estas ideas matizadas en el tiempo por las distintas civilizaciones dominantes, las permitieron a los franceses luchar y vencer a la tiranía enseñando al mundo occidental a desarrollarse en libertad.
En el resto de Europa, por el mismo deseo de avanzar y por lo indiscutible del mensaje, probablemente cundió esta idea y así, por ejemplo, un grupo de ingleses que querían ser libres para amar a su Dios de la forma en que ellos lo entendían, se embarcaron en una aventura larga y dolorosa y llevaron las ideas que inspiraron "Libertad, Igualdad y Fraternidad" por las que luchó Francia, al otro lado del Atlántico, iniciando otra gran nación convencida de estos principios, a donde,todos los europeos, y gentes de diferentes razas y creencias de todas partes del mundo fueron a construir un futuro mejor para sus familias. Estados Unidos de Norteamérica, al que tanto hemos envidiado y criticado por no ser capaces de llegar al nivel para comprender la palabras que nos ocupan: Libertad, Igualdad, Fraternidad.
Ya se que tengo una gran capacidad de simplificación y de olvidar múltiples agresiones y actitudes tristemente ignorantes de nuestros pueblos en el pasado, por no mencionar las atrocidades cometidas por líderes religiosos que han hecho que tanta gente rechace el principio dictatorial de muchas religiones.
NO lo ignoro pero creo que eso ha sido un revulsivo que nos ha obligado a pensar mas allá de la superficie del pensamiento único.
Por lo tanto, sólo me voy a quedar con aquello que anula las diferencias y los odios absurdos, que anula la envidia y da al traste con los tiranos, con eso me quedo, con el valor de los franceses y su revolución y la grandeza de todos aquellos, europeos y gentes del mundo que han luchado con tesón y tenacidad , por un mundo mejor para todos.
Los que lucharon para que ahora podamos salir a la calle a reivindicar nuestros derechos como seres humanos, sin importar lo absurdos que puedan parecer, hombres y mujeres, con más protección para la infancia cada día, sin temor a ser apedreados o masacrados por aquellos que no piensan igual.
Aquellos de nuestros antepasados que murieron por estos principios, sabiendo que daban su vida por los que continuaríamos viviendo por ellos, probablemente no entenderían la complejidad de nuestro día a día pero estarían orgullosos de nuestros esfuerzos.
A mi me gusta ver este mundo imperfecto y no del todo justo en que ha existido un Steve Jobs, existe un Bill Gates, un Mark Zuckerberg y muchos, muchos otros que procuran ser más justos cada día y ponen su inteligencia y capacidad al servicio de la humanidad, con el entusiasmo y la energía que reivindican nuestra existencia.
Todo esto dependiendo de lo lejos que seamos capaces de ver, de acuerdo a nuestros conocimientos universales y no contaminados con ideas paralizadoras de cualquier tendencia.
Todos estos conceptos nacidos en lo más remoto de nuestra humanidad y desarrollados a través de nuestra infinita ignorancia y limitación humana, es lo que todos los países de Occidente hemos elegido, no importa que religión profesemos y sin importar si somos creyentes, agnósticos o ateos, todos tenemos un lugar, con esfuerzo e inteligencia,-la que ahora sabemos depende, en mucho de la preparación- podemos alcanzar todo aquello por lo que estemos dispuestos a trabajar con energía y entusiasmo.
Duela a quien duela, las ideas cristinas de libertad, de igualdad y fraternidad, la idea de acoger a todas las gentes del mundo y permitirles su desarrollo no habría sido universalizada sin el convencimiento y la lucha de los franceses, con su actuación tan definitiva, dramática y violenta. De no ser por esta intervención, este mundo sería muy diferente y desde luego, seguramente, muy pobre.
He tenido la ocasión de visitar París y he disfrutado de la elegancia de la gente que la habita, la elegancia interior que les permite crear y reconocer la belleza.
He disfrutado observando como todas las razas, religiones e ideas, por peregrinas que parezcan, caben, con el mismo grado de importancia y aceptación. También pude comprobar la deslealtad de un pueblo remoto hundido en su ignorancia a merced de los dueños de sus vidas, consumiéndose en una gran tiranía.
Francia me he maravillado con sus museos y fascinado con sus desfiles de moda en el principal Museo del país, dando así una importancia capital a la presencia de sus creadores, sin importar el área del conocimiento del que procedan.
Me ha fascinado lo unidos que están los franceses en sus enormes diferencias.
Me siento autorizada a decir lo que digo por los muchos años vividos, por mi educación demócrata y por la evolución tan positiva que hemos tenido en nuestra historia reciente, que tal vez sea la razón de esta declaración de guerra de los que sólo pueden destruir.
En París y Londres respiré el respeto al otro y el convencimiento de que todo ser humano tiene derecho a pensar y hablar de algo diferente porque ahí, dentro de esas formas de pensar diferentes están las ideas que nos permitirán ser mejores, procurar repartir el bienestar. Esas ideas diferentes en las que están los valores que sustentan su buen hacer y que han dado tanto progreso a nuestro mundo occidental, a pesar de los" listos y espabilados" que nos dan robado tanto. Pero aún a pesar de ellos, y a veces, a causa de sus abusos, hemos llegado a la idea de que todos juntos tenemos que llevar lo mejor a todos.
Esas ideas que, con desavenencias de todo tipo, hemos decidido abrazar los países de Europa, sin el concurso de los fuertes, mejor organizados, mejor ilustrados y preparados, no hubieran sido posibles. Francia ha sido uno de esos fuertes junto con Alemania, sin olvidar a los países nórdicos, que siempre han inspirado con sus sociedades de justicia social sin renunciar al conocimiento y a la elegancia. Sin olvidar al Reino Unido cuyo lenguaje es el Universal por su dinamismo y respeto a las diferencias. Aquí no se puede hablar de simpatías si no de realidades.
Este, nuestro mundo imperfecto, ha sido capaz de concebir ideas y poner en marcha el esfuerzo colectivo, dotando día a día a nuestras comunidades con algo mejor para todos.
Me duele pensar que en este progreso y humanización por excelencia se nos cuele la desesperación de un puñado de tristes seres humanos que no han entendido, ni siquiera su propia belleza, no quieren ver la belleza de lo suyo, sometiéndose a intereses mezquinos, de otros, que los llevan inexorablemente a la desesperación y a la propia destrucción y aniquilación.
La idea libertaria del hombre está tan arraigada que me parece difícil de erradicar, solo porque es lógica y tiene algo que mostrar , algo que atrae y reivindica la condición humana y su creación, ya se entienda como forzada o espontánea.
Porque si el hombre hubiese sido creado o aparecido para vivir sometido y en la ignorancia, hubiera tenido una programación animal y no estaríamos hablando de progresos porque en el mundo animal existe el fuerte y sus cánones heredados y los débiles están siempre a su servicio y si esto cambia es por la domesticación del hombre.
Vivir en el pasado, mirar hacia el pasado para alimentar odios es labor de hombres pequeños sin visión que nos llevarán siempre a la ruina y a la desesperación.
Nadie tiene la culpa de ser pequeño y temeroso del pasado, todo es educación, pero si queremos un mundo mejor deberemos elegir a los que saben y tienen capacidad de mirar hacia el futuro. Los matices los iremos ajustando en las ocasiones que tengamos de elegir a nuestros representantes y hasta eso dependerá de nuestra capacidad de ver que, a su vez, dependerá de nuestros conocimientos y desarrollo intelectual.
Y si no queremos aceptar la responsabilidad de saber, al menos, deberíamos elegir a los que sepan hacer.
Quisiera contagiaros mi cariño y entusiasmo por nuestra forma de vida, con todos sus defectos e incongruencias.
Me gustaría poder mostraros lo que han visto mis ojos fuera de mi país e infundiros un gran orgullo por una patria que no hacemos más que menospreciar.
Quisiera que abrazáramos la bandera con pasión y defendiéramos lo nuestro con celo, enseñando a nuestros hijos a honrar el país excepcional en el que han nacido.
La desunión es ignorancia, hay que pararse a reflexionar de que nos sirve vivir en el odio al otro si lo que hicieron los unos y los otros da como resultado algo tan bueno.
La foto de la Torre Eiffel me recuerda al orgullo que los franceses sienten por su país y el deseo ferviente de sentir lo mismo de la gente en mi país.
De momento yo amaré a España con sus enormes defectos y mucho más enormes éxitos, amaré al resto de Europa por querer que seamos, una, todos juntos en igualdad y porque todos tenemos una procedencia -si se me permite usar esta combinación- multiracial y multicultural por lo que ya no caben las diferencias. Si yo tengo sospechas, por mencionar algunos: de influencia celta, árabe, anglosajona, probablemente judía y a saber, lo mismo ha de ocurrir con la mayoría de nosotros.
Y en cuanto a los que nos quieran destruir, aunque amo a la humanidad, como mi padre y familiares me enseñaron, no puedo respetar la enfermedad porque la enfermedad no se puede proteger, la enfermedad se debe erradicar, cualquier otra actitud sería suicida.
Por mucho que ame a un ser humano que ha contraído la infección mortal de la rabia, no puedo abrazarlo y darle cobijo en mi casa, a no ser que quiera morir con él, de modo que no confundamos nuestros sentimientos hacia los demás, con los que ostentan los demás hacia nosotros y aprendamos a proteger aquello que tanto dolor y vidas ha costado a nuestros abuelos y padres, que soñaron una nueva vida con un legado mejor para sus hijos.
Creo que si enseñamos a nuestros hijos a pensar y a decidir con conocimiento, todos podremos tener un futuro mejor, porque no hay nada más peligroso y agresivo que la ignorancia.
¡QUIERO TRABAJAR POR UN MUNDO MAS SABIO Y HUMANO, SIN DEJAR DE PROTEGER LO YA CONSEGUIDO!
¿TE APUNTAS?