Mamá se marchó para siempre a las 12.05 de la madrugada del miércoles 25 de Marzo, se fue en el mismo mes que mi padre hace ocho años. Se fue en silencio, dejó la casa dormida y cuatro horas más tarde fue declarada su defunción.
Dice Mercia, quien la cuidaba día y noche, que llevaba una semana hablando de irse, preparando el camino, organizando su marcha, haciendo recuento de su vida , diciendo que ella había tenido una vida feliz -aunque siempre tuvo considerables dolores de cabeza e últimamente sufría mucho con sus piernas y aún cuando la preocupación por los suyos era constante, lo que motivaba que la llamaramos todos los días. Ella pensaba,que en el recuento final su vida, había sido muy feliz.
El lunes había ido al cementerio con Mabel y le decía a papá: “Ya pronto vendré a contar barcos contigo”. La tumba de mi padre se encuentra en lo alto de una colina en el cementerio nuevo de Ibiza, desde allí, se ve Playa D´Embossa por donde pasan los barcos de Formentera.
La mañana siguiente, ella que nunca quería salir a la calle, pidió que la llevaran al paseo, allí pasearon Mercia y ella y a lo largo de una hora, charló con vecinos y disfruto de la vista del paseo, el aire y el sol.
Allí hemos dejado a los dos, juntos, cara al mar, en la misma posición geográfica en la que vivieron desde que llegaron a Ibiza. La isla los acoge ahora y ya para siempre; ya forman parte de su historia.
Mamá se marchó preciosa y elegante, con sencillez pero con grandeza, acompañada del amor de los suyos y los compases del Ave María con flores blancas.