Era ya noche cerrada y las calles de la ciudad se hallaban negras y siniestras, caminaba perdido y desorientado sin conocer ni situación ni lugar, quería añorar mi casa mi mujer y mis hijos, pero no podía por que me apenaba recordarlos y me hacía ver sus sombras por las paredes de ladrillo. Sentía miedo y frío y no comprendía cómo había llegado a ello, al final dejé de luchar contra mí mismo y eche a correr sucumbiendo al pánico.
Mis pisadas resonaban huecas por las calles vacías y sólo oía lo que no quería oír, sentía la presencia del pánico, corría sin camino tan solo llevado por el instinto. Cerca sentí un aliento , invisible y gélido en la nuca , sentí que mis pasos no serían suficiente , que algo me cogería: garras , colmillos , manos huesudas y viscosas que me sumían en la sombra , y me arrancaban la vida gota a gota , así que corrí presa de la supervivencia y de un pánico mas allá de lo real . Entonces distinguí a lo lejos un pequeño hálito de esperanza , dos focos de coche se arrastraban de forma sentenciosamente lenta hacia mí ; desde una de las calles laterales , los focos iluminaban la oscura calle , pero no tuve el valor de mirar atrás ;corrí hacia el coche ya sin ese ancestral instinto que salta sólo cuando yaces al borde de la muerte y pude pensar como ente racional que era, ahora veía las cosas mas claras más reales al poder contemplar vestigios de vida humana y normal , estaba cerca de lo creía mi salvación , pues la espesa neblina de mi mente se disipó de una tenue forma , pero no sin abandonar del todo aquél instinto de locura que sin yo saber me había salvado de la parálisis total , avancé hacia el coche aún sin poder pensar nítidamente , entonces , la oscuridad calló y con ella mi esperanza que se hizo añicos , la desesperación de la penumbra y el contemplar mi esperanza marchar me derrotó , vi el vehículo salir de allí y perderse de mi vista , el renacer de mi locura fue peor pues no la esperaba , me desesperé y sentí el dolor de mil agujas que me laceraban sin piedad el interior , De nuevo , mi carrera fue alocada y frenética y de nuevo sentí el peor de los miedos , la peor fauce devorando mi garganta pues sólo la muerte era la paz , ya que era el fin de esto . Frente a mí había un muro sólido e infranqueable, estaba perdido, me arrodillé y di la vuelta con los ojos cerrados, sentí que se acercaba, estaba cerca , podía lloré tendido en el suelo hundido en mi desesperación y añore las fauces que me devoraran , pero en cambio le sentí mas cerca , cada vez mas cerca , pero sin llegar a tocarme , lo ol,í lo sentí, el saboreaba su presa al fin soy suyo al fin la presa se rinde a la caza , en un momento de terror , pensé en mis hijos y su añoro me colmó . Salté con los ojos abiertos y los brazos extendidos y corrí a mi destino, morí por dentro, pero quise ser quien era y fui feliz de no ser presa sino adversario, caí sobre la sombra que entonces se disipó, me sentí lleno de valor y de alegría y sin saber como, él huyó y me encontré sólo en la calle en paz.
En seguida supe que me había enfrentado al peor adversario y a lo más fuerte, a ;algo que temes puede seguirte pero puedes luchar con él, en cambio el miedo no tiene forma, puede serlo todo o nada, supe que nada me había perseguido aquella noche salvo el pánico de mi imaginación, pero supe que el peor enemigo esta siempre en tíi, si yo hubiera sucumbido al pánico aquella noche, habría muerto de frío, tirado en un rincón y deseando que llegara la muerte .Tranquilo, despacio, sali de la calle y contemplé la luna llena en su bella plenitud y lento y feliz emprendí el camino junto a los que amaba, solo, sabiendo haber vencido a lo más terrible de lo que quieras temer.