Era una de esas mañanas en que no se presagia nada bueno. Ese sábado me libré por un átomo de quedarme retenido en el colegio, un internado con mucha disciplina y poca libertad, sólo eso habría sido la muerte. Allí los desatinos se pagaban en tiempo y este tenía su precio en oro. La privación de la libertad en el fin de semana era la catástrofe en persona.
Algo especial era el profesor de historia, en si y en sus trabajosas tareas para el fin de semana. Resumen, análisis y exposición era ya un deber fatal cada semana, solo para, por ejemplo, saber que los romanos se sintieron tan, pero tan desorientados que les significó la perdida del imperio! La última clase de la semana HISTORIA y la primera de la semana que entra HISTORIA. El sacarse el premiado de tener que leer el trabajo y no tenerlo listo significaba la mínima calificación, situación que no la arreglabas más, es decir HARAKIRI en el mismo momento y lugar. Esto era una violenta tajada de tiempo que desaparecía de nuestra pequeña libertad.
Gracias a los dioses! Por fín camino a casa! Tengo que atravezar este Santiago de Nueva Extremadura, capital de un largo y estrecho país, limitado por cordilleras, mares, desiertos y hielos eternos, dueño de una loca geografía es decir CHILE, allá donde termina el continente americano. Es un Santiago de los años 60, del siglo pasado. Es un tiempo en que se dejaba lo viejo y se comenzaba algo nuevo: Los Beatles, la anticonceptiva, el napalm, la bomba atómica y el sexo libre! Yo con mi adolescencia a cuestas, aprendiendo a ser adulto, descubriendo nuevos mundos y entre ellos ...mi propio mundo.
Durante el viaje se respira libertad, se siente el anhelo de encontrar a los amigos y parientes, quizás planeando una aventura. Todo esto mientras la vista reposa en esas bonitas chicas que no se han visto durante una semana, en el encierro entre solo hombres. De todas maneras había algo que no cuadraba, algo que era incómodo,
Al llegar a mi destino, para el bus violentamente y una señora se desploma con un grito, sacándome de esta manera de mi somnolencia producida por el largo viaje, el levantarme del asiento y ayudarla a pararse (levantarse) es solo un acto instantaneo.
Al bajarme del bus y a los pocos pasos caminados me encuentro de frente con una escena que me hiela: una bodega cerrada y en su portón un humilde hombre duerme su borrachera, alguien lleno de humor y humanidad le ha puesto un gato muerto en su regazo, uno despertará y el otro nunca más. A estas alturas ya no estoy de humor ni para borrachos ni para gatos muertos. Todo esto ya no presagia nada bueno. Que es lo que trae este futuro cercano?...que es lo que incomoda sin saber porque?
( Esto sigue mis amigos, y como decimos por estos lados : no hay primera sin segunda!... ni segunda sin tercera! ).