Colapso

La Navidad pasó con sus regalos, acontecimientos mágicos e ilusiones y alguna que otra pena. El día 26 era domingo, así es que, descansé gran parte del día. A las 5 me arreglé para salir, cogí mi chaquetón  y cuando me agaché para coger el gorro y los guantes del arcón a los pies de la cama, sentí que no podía controlar mi cuerpo, todo se volvía nebuloso y mi estómago me avisaba que algo angustioso se estaba gestando velozmente. Reconocí los síntomas y supe que en unos segundos me perdería en el sueño de la inconsciencia, hice un esfuerzo para llegar al sillón después de quitar la llave de la puerta y me rendí ante lo inevitable.

Supongo que estuve fuera unos segundos, cuando volví en mí, el corazón se transformó en una especie de pelota de pingpong violenta o caballo desbocado que saltaba a un ritmo descompasado. Siguiendo mi costumbre, continué respirando profundamente hasta que el corazón se calmó. Después de este episodio, un líquido frío recorrió mis venas y arterias haciéndome temblar violentamente, En este punto llamé a mi hijo, él tiene llaves y está pendiente de cualquier llamada, cuando llegó yo todavía temblaba. Un par de minutos después de que mi hijo entrara en casa, el episodio del corazón violento y arrítmico se repitió por lo que decidimos llamar al SAMUR. Esta segunda vez pensé que tal vez debería despedirme y cogí con fuerza la mano de mi hijo que me observaba preocupado.

 

Cuando la ambulancia llegó con el equipo médico de emergencias, yo me encontraba, otra vez, en la fase del frío intenso. Estuve monitorizada, al menos 30 minutos. El electro no detectaba nada concluyente pero mi tensión arterial hizo necesario mi traslado al hospital.

 

Me vieron dos médicos y después de: otro electro, unos paseos, arriba y abajo, volvimos al principio otra vez. Analítica, Tensión, Placa de Tórax y Escáner para evaluar posibles daños cerebrales. Esperábamos la última prueba, el escáner, cuando comencé a sentirme mareada y con esa extraña substancia gélida recorriendo mis arterias y venas, por tercera vez. Volvimos dentro de la sala del médico y esta vez me vio otro médico, otro electro y nada. Se me ocurrió preguntar si por casualidad la pastilla que me habían puesto bajo la lengua, podía haber bajado la tensión de golpe y dijeron que no era posible. Una de las doctoras, muy joven, recogió mi sugerencia y preguntó a los demás si me habían tomado la tensión en este episodio y como no lo habían hecho decidió tomarla antes de que subiera a la prueba del escáner. La tensión se había disparado espectacularmente a pesar de la pastilla por lo que me dieron otras dos medicamentos inmediatamente, muy sorprendidos por lo que acababa de pasar. La medicación poco a poco en unos veinte minutos me hizo sentir mejor y después de comprobar que en el escáner no se apreciaban daños importantes nos fuimos a casa de mi hijo donde pasé la noche.

 

Por la mañana volví a mi casa para preparar la maleta y subir a la Sierra, mi hija se haría cargo de los siguientes pasos. Algo había cambiado en mí, algo se había quebrado muy dentro, nada volvería a ser lo mismo porque por primera vez en 30 años volvía a tener una cita con el final y esta vez la amenaza era definitiva.

 

El primer paso con mi hija fue conseguir que un médico del hospital donde ella trabaja me medicara hasta que me viera mi cardiólogo. El segundo, acompañarme al médico y asegurarse de que todo estaba en orden. Luego vigilar por unos días el comportamiento de la tensión arterial que parecía muy rebelde a la medicación.

 

En medio de todo esto está la celebración de la Noche vieja y el Nuevo Año. Reí en buena compañía, comí y bebí, incluso un poquito de vino y cava, después de las uvas.

 

Estaba contenta y agradecida de estar con mis hijos, nietos, sus allegados y amigos.

 

Ahora mi cuerpo está herido, ha cambiado y me obliga a plantearme cosas que nunca hasta ahora me había planteado, la química de mi cuerpo se ha alterado con la medicación y me ha vuelto un poco más triste, pero no me hace sentir mejor ni aleja la amenaza. Y aunque sé que es temporal, me cuesta mucho manejar mi humanidad que sólo quiere estar en absoluto reposo.

 

Los médicos piensan que esto lo ha causado un gran estrés provocado por una situación emocional límite prolongada y alimentada por diferentes acontecimientos en mi vida, especialmente en los tres últimos años. Tengo que convenir con ellos que si el odio mezclado con la indiferencia, la rabia del manipulador combinada con la pena de verlo y ser capaz de sentirlo, pueden enfermar mi cuerpo, entonces si puede que haya estado expuesta a los sentimientos más rastreros en los últimos 7 años.

 

Sí, es cierto que además he estado expuesta y aún lo estoy, al  peligro de los empleados de banca inconscientes que venderían a su madre por cumplir los objetivos, fijados por un grupo de señores que viven tan lejos de la realidad, que ni siquiera ven el daño que están creando, empleados que son capaces de justificar cualquier fechoría, si con eso contentan a los Señores de los números para conservar su posición en el escalafón y cobrar sus bonos. Siempre me  preguntaré  ¿Cómo pude confiar en esa gente?

 

Sí, es cierto que he estado expuesta a los que quieren dar directrices a mi vida cuando ni siquiera son capaces de verme y también es cierto que he visto tantas actuaciones mezquinas que mi corazón se duele y mi cuerpo se resiente.

 

Pero bueno, sólo se llega si se camina y estoy en marcha otra vez y aun cuando, todavía mi cuerpo está un poco despistado y torpe, he prometido, a los que me aman de verdad,  y quieren lo mejor para mí, que no me rendiría y trabajaría para pasar este trago amargo sin flaquear, porque a pesar de la pobreza de estos seres aún los respeto aunque hayan elegido el papel más feo que un ser humano pueda elegir, el de ser portadores de dolor y enfermedad. Aun así, tienen derecho a elegirlo.

 

Ahora soy yo quien debe aprender a separarlos de mi vida, estar lo más lejos posible de su influencia y a no confiar en ellos, por frustrante que eso me resulte. Por otra parte tendré que aprender a confiar en los que si puedo, sin esperar demasiado,  porque jamás debo perder de vista el factor humano.

Flashes

Si cada vez que pienso en ti te enviara un sms, no podría dormir, ducharme, ir a natación, bailar, hacer presentaciones, escribir en Facebook ni hacer el amor.

Ahora paro en seco un informe y te escribo en letras de nube sobre el cielo de Shanghai:

te quiero . . .
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"No se puede enseñar nada a un hombre; sólo se le puede ayudar a encontrar la respuesta dentro de sí mismo"

Galileo Galileo

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<¿Para qué repetir los errores antiguos habiendo tantos errores nuevos que cometer?

Bertrand Russell

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(1008)

Nada en el mundo puede sustituir a la perseverancia. El talento no lo hará; nada es más común que un hombre de talento sin éxito. El genio tampoco; el genio no premiado es casi un axioma. La educación por sí sola tampoco; el mundo esta lleno de cultos sin gloria. Sólo la perseverancia y la firmeza son omnipotentes.

Adam J. Jackson

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"Live and work but do not forget to play, to have fun in life and really enjoy it"

Vive y trabaja pero no te olvides de jugar, de divertirte en tu vida y de disfrutar de ella.

Eileen Caddy

    

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