Este año 2007 ha sido muy importante para el desarrollo de mi vida en el futuro. Durante muchos años desee una vida mejor, más centrada y con menos agresiones del exterior, o mejor dicho sin ninguna agresión más del exterior. Me di cuenta, observando a los que triunfan, de que mis dificultades eran aprendidas y de que podía embarcarme en un aprendizaje diferente ¿Por qué no intentarlo?
Durante largos días leí. Esos días se convirtieron en meses y años. Me ejercité en la meditación y pedí al Universo todo tipo de ayuda. Recibí toda esa ayuda y salí del agujero en el me encontraba gracias a ese obstinado esfuerzo y a la fidelidad de mis alumnos y al cariño de mis hijos.
Aún me faltaba un golpe mortal, y podía haberlo sido si no hubiera desarrollado una fortaleza y comprensión de la vida que me ha salvado del desastre. Mi decisión de prepararme para la vida, desde hace años, me ha rescatado de la pérdida total de interés por ella; y la devoción que puse en mi trabajo y el gran amor que me empeñé en sentir por las gentes con la que he vivido y trabajado, me ha regalado tan bellos frutos que han amortiguado el salvaje golpe haciéndolo sólo algo más que vivir.
Es curioso pero todo se aprende, os lo puedo asegurar, hasta lo más pequeño es aprendido. Se puede entrenar a un niño para matar, robar, engañar, fracasar, hacer daño a los que le rodeen creándose un infierno o incluso se le puede enseñar a morir por una extraña y depredadora causa. De la misma forma se le puede enseñar a triunfar, a sentirse bien, ayudar a otros poniendo a su servicio su desarrollo personal sin ser sirviente y se le puede indicar como protegerse hasta el límite. En mi vida he tenido ocasión de conocer ambos extremos y he elegido el segundo. He elegido jugar a crear mi mundo porque he tenido la fortuna de nacer y vivir en un tiempo y unos lugares donde el desarrollo de sus gentes es muy avanzado gracias al tesón de sus antepasados.
El dolor, la destrucción y la muerte son extremos fáciles y rápidos de aprender, en ciertos ambientes donde impera la pobreza y la ignorancia porque sus dirigentes nunca han querido compartir el conocimiento ni el bienestar con sus pueblos.
Buscar siempre lo mejor para uno es una tarea ardua, al menos hasta que uno se convence de su infalibilidad. Y no sería posible sin aquellos estudiosos del bienestar que nos han regalado su sabiduría. En este punto, se vive en la zona de los milagros en la cual “no se busca, se encuentra” y todo lo que se desea de verdad y es beneficioso para todos, se obtiene con facilidad. Esa es la zona en la que la envidia y malos deseos rebotan y vuelven al remitente sin que logren afectar al destinatario, esa zona donde la energía fluye y ya no hay temor, ni siquiera a desaparecer.
Hay quien rechinará los dientes al leer esto, lo siento por él o ella, pero mientras no se me demuestre lo contrario y convencida por la aplicación de mi estudio sistemático y mi experiencia, la vida se desarrolla con los parámetros recibidos, cierto, pero esos parámetros se pueden cambiar haciendo del futuro aquello por lo que estemos dispuestos a trabajar desde hoy, porque no olvidemos, nunca, que el futuro empieza en este momento y que siempre se cosecha lo que se siembra y si no nos gusta la cosecha lo podemos volver a intentar.