Hospitalidad

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Creado en Miércoles, 15 Abril 2009 13:11

Última actualización en Miércoles, 20 Marzo 2013 10:54

Escrito por Aliama Narval

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Hospitalidad, simpatía y cariño .

Se dice y con razón, que en los momentos difíciles es cuando la gente revela todo su valor. En todos los momentos que rodean un acontecimiento luctuoso, no importa la edad o condición, los afectados directos, siempre, se sienten tan desvalidos como niños. ¡Se fue mamá, se fue el nido! Por eso cuando alguien decide acogerte con simpatía, te abraza con cariño y sientes que realmente le importa tu pena, ese calor te devuelve al mundo y apacigua tus lágrimas, e incluso eres capaz de esbozar una sonrisa, o aún,  reír ante las ocurrencias de quien se esfuerza por hacerte olvidar el dolor.

Para nosotros es natural que los hermanos se quieran, se apoyen y ayuden, así es que, que mi hermano centralizara toda actividad desde su casa parece natural, ya que el lo vivió toda su vida junto a sus padres quienes eran conocidos por su hospitalidad; lo que es relevante en esto es la actitud de mi cuñada Jani, quien nos acogió, nos adoptó estos días. Comidas y cenas desde que llegamos hasta que dejamos la isla, siempre lo mejor.  La mesa del buen gusto y el mejor vino de la  mini bodega de Marcelo quien siempre nos agasaja con exquisitos caldos.

Decía Rafa, mi hijo “ ¡La tía Jani  ha sido increíble! ¡Que fantástica hospitalidad!, me siento muy agradecido por la forma exquisita en que nos ha tratado”. Yo que ya conocía esta faceta de Jani  sentí gratitud una vez más. Sin duda “de casta le viene al galgo” pues su madre María, una mujer entrañable para mi, tiene fama entre los suyos de haber dado siempre gran acogida a los chicos y mayores de la familia.

Así pues pasamos el gran trago apoyados por gente grande y como siempre digo a los maliciosos, los defectos se borran cuando hay tal esfuerzo por hacerte la vida más grata.

Estamos agradecidos, apreciamos inmensamente todos los esfuerzos y las muestras de empatía.

La gente de esta bendita isla de Ibiza, aquellos a los que conozco hace años, desde que trabajé en el aeropuerto en Iberia, saben apreciar a los que los aprecian, saben demostrar su simpatía con sencillez y no cambian sus sentimientos fácilmente. Todos estuvieron allí acompañándonos una vez más, con sus buenos deseos.

Gracias Jani por rescatar algo del nido perdido.

Gracias a todos los demás por hacernos sentir queridos.

Con Ibiza en el corazón, un abrazo a todos.