Con su mirada interesada en el rostro de su abuela, Clara cabila durante unos minutos y de pronto dice, con tono cantarín, como si estuviera sola: "Mi abuelita tiene muchas arrugitas pero no importa porque es muy bonita" y sin esperar respuesta o reacción, como si sólo lo hubiera pensado, sigue jugando con sus pequeños amiguitos, los que mete y saca del armarito musical sin cansarse o aburrirse, inventando mundos nuevos a cada paso. La abuela sonrie a su preciosa nieta y juega con ella haciendo como si no la hubiera oido.