Yo estaba en China, muy perdida; tenía una gran decisión que tomar. Un día, cuando le conté mis dudas a mi padre y percibió mi sufrimiento e indecisión, me dijo:
- Dame la mala primero, siempre la mala primero.
- La vida está llena de problemas que deberás ir resolviendo y que te harán difícil el día a día. Problemas grandes, pequeños y medianos; problemas de salud, económicos, sentimentales. Problemas que deberás afrontar. Pero ésta no es la mala noticia. La mala noticia es que se trata de una sucesión continua de problemas; una vez que soluciones unos, tendrás nuevos problemas que te parecerá que superan con creces a los que tuviste en el pasado.
- ¿Y cuál es la buena noticia, papá?
- La buena noticia, Angie, es que, además de problemas, en la vida hay momentos maravillosos que te colmarán de felicidad, personas increíbles, instantes de alegría y belleza que te rodearán y harán que esta vida y todos sus problemas merezcan la pena. Céntrate en esas cosas y haz que la felicidad que te proporcionan y el tiempo invertido en ellas sean superiores a la atención que dedicas a los siempre cansinos e interminables problemas que, por otra parte, son tan comunes e insignificantes que no merecen estropear ni un minuto de tu felicidad.
Mi padre iluminó aquel día y… muchas otras cosas y personas iluminaron los siguientes. Gracias, papá.
Ángela López Molina