¡Que Frio!
Debo confesar que a pesar de mis años, sigo disfrutando de toda esta parafernalia de las fiestas, probablemente, desde la niña que vive, casi intacta, en mi. Mi niña está en constante proceso de creación desde lo mágico, desde la imaginación.
La imaginación es lo que nos ha hecho desarrollar y lo menciono sin orden: la aviación, el teléfono, sin olvidar la luz, los ordenadores - desde que estos artilugios aparecieran, el desarrollo de la ciencia y cualquier actividad del hombre, no parece tener límites-.
Ya nos han contado los sabios, desde el principio de los tiempos, que los límites no existen y aunque nos costaba creerlo, si miramos hacia el pasado, veremos que tenían y siguen teniendo razón.
Sin embargo, todavía hay quienes se aventuran furibundos a decir que esto u lo otro es imposible, que sólo lo “descrito” y aceptado por la elite de la sociedad científica puede ser tenido en cuenta, pues bien, a pesar de estas voces discordantes, el hombre sigue su paso imparable y como hemos dicho, no hay límites, no podemos ni siquiera esbozar lo que el hombre será capaz de inventar en los años venideros.
Nadie tiene la culpa de la forma en que ha sido programado por su educación, dicho esto, no hay culpables, pero cada uno de nosotros es responsable de la influencia que puede tener en su entorno. Cada acción cuenta y hay quien incluso dice que cada pensamiento cuenta.
Por esto yo quiero reflexionar para crear paz, que no rendición, crear amor, que no sometimiento y dar cobijo a todo lo que nos pueda hacer más efectivos y felices.
Comienzo el año con Talane Miedaner y su “Coaching para el éxito” que nos invita a simplificar, a dedicarnos a una cosa cada vez y a terminarla; a poner nuestros sentidos en cada actividad, sin olvidarnos jamás de procurarnos horas felices, de relax.
Lo comienzo con los Siete Hábitos de Stephen R. Covey , que me regalaron Eva y Antonio y ahora Ocho Hábitos, del mismo autor, que Lourdes me ha traído de Londres y que me ayudan a programar mis jornadas sin perderme en las dificultades. Y por supuesto, lo comienzo re-estudiando el secreto que me mandó de China mi querida Angie.
Sigo empapándome de los Ocho Tipos de Inteligencia, que me entregó Cambridge, a través del British Council en los seminarios de estos años, y por supuesto, no perderé de vista lo mucho que tengo que aprender de “La programación Neurolinguistica” Lo mismo algún día dejo de ser un poco “bocazas” y elijo mejor, no, lo que digo, si no, como lo digo.
A aquellos felices seres humanos que nacieron sin dudas, a los que todo esto les fue dado desde pequeños, toda esta búsqueda les parecerá una memez, a mi no me importa parecer mema si me siento bien conmigo misma y con los que amo, que son muchos.