Hoy no te voy a molestar con un “J-P-à-T”. Pero todos los 31 de agosto voy a pensar en ti.
Y ahora ya no siento culpa- a ésa la dejé en Tijuana en el tiempo fuera del tiempo del Calendario Maya. Aquella noche, bailé y bailé con Vanessa en una playa mexicana. Y cuando terminé de cerrar todos los círculos, dejé de bailar.
Lloré tanto que se me rompió la vela; después, quemé tu cruz para siempre.
Yo ya me he perdonado.
Espero que tú puedas entender y perdonar algún día.
Sé muy feliz, Tache.