Alguien, que no quiere identificarse, nos envía este pensamiento para compartir, aquí lo dejamos para todos vosotros Aliama Narval
Un dígame retumbó e hizo eco por todos los rincones del palacio. Un dígame que se desplomó sobre mi corazón desde el edificio infinito que construí en estos dos últimos años. Un dígame inocente desde una calle cualquiera de Madrid. Una palabra, tres sílabas, seis letras y 5 segundos de la vida de la persona que más me importaba en este mundo. De esa persona que ahora ya no existe porque ha cambiado. Desde esta dimensión no puedo contestar a ese dígame. Solo puedo colgar este chisme. Y arrepentirme de haberte llamado. |