Hoy día de la Tierra me he levantado perezosa porque podía, y luego cómo si de un ritual a Gaia, Gaya o Gea, diosa griega de la Tierra se tratara, he salido a mi pequeño patio y he saludado a mis plantas, con sus flores y sus frutos, árboles y arbustos que me regalan, cada año, unos centímetros más de esplendor.
Ha llovido todo el día y aún llueve, copiosamente, pero es un día verde y alegre, un día que coincide con una celebración triste, para los cristianos, es cierto, pero un día de esperanza en días mejores, en seres humanos mejores, en nuevas ideas brillantes.
Me siento agradecida porque a pesar de las dificultades en las que me enredo por ignorante y por la profusión de lindos gatitos que se me acercan para aprovecharse de ello, siempre salgo airosa y a pesar de “la pila” (de años) que diría mi padre, aún me divierte una peli de dibujos animados, jugar como una niña y disfrutar de mi estancia en este precioso planeta azul que no me canso de contemplar y al que me encanta cuidar amorosamente, dentro de mis escasos conocimientos de cómo hacerlo bien.
En todo caso y siguiendo con las máximas de mi admirado padre, del cual sólo me queda el recuerdo, " el que actúa con corazón, pensando en el bien del otro, siempre se informa adecuadamente y nunca se equivoca"
Un abrazo a todos los que amáis la Tierra y trabajáis por ella.