Este año recién estrenado ya va tomando carrerilla. Ya anda sólo. Todos vamos perfilando lo que será nuestra vida en estos nuevos y flamantes meses que están por estrenar, como un diario nuevo, con sus preciosas hojas blancas, esperando recibir nuestros pensamientos y nuestras ideas, nuestros hechos. ¡Qué bien huelen los cuadernos nuevos! Siempre me encantó ese olor, desde bien pequeño...
El caso es que la actualidad nos lleva a Melilla y a Ceuta. Nuestros vecinos marroquís se han sentido molestos por la visita de nuestro dirigente. ¡Hay que ver lo que se parece físicamente a Mr. Bean! Que nadie se moleste, es que no puedo pensar en él sin ver al cómico británico. A lo que iba, que me disperso... Es curioso como la diplomacia tiene que lidiar con semejantes despropósitos. Ceuta y Melilla nunca fueron marroquís. Es más, Ceuta y Melilla existían como tales, como provincias españolas, antes de que existiera Marruecos como lo que es hoy, como un país. Y sin embargo, dicen que debemos devolvérselas. Si nunca fueron suyas. Si los Ceutís y los Melillenses se sienten y son españoles. Es curioso. Seguramente, el régimen marroquí necesita "distraer" a sus súbditos para que no sean conscientes de sus carencias, que son muchas y no todas materiales.
Por otro lado, un juez dictamina que en Cataluña un niño tiene derecho a recibir su educación en castellano. Nunca pensé que hiciera falta la justicia para aclarar esto. En lugar de disfrutar de la riqueza del multilingüismo, muchos nacionalistas deciden ningunear el castellano. Pero, ¿Por qué? Me parecería mucho más lógico, en lugar de dificultar la enseñanza del castellano, que se defendiera la posibilidad de aprender catalán en todo el territorio español, y el gallego, y el bable...
Y qué me decís de las hipotecas. Ya van a subir. Y es que todo lo que baja, sube. ¿O era al revés? Borrad esas pícaras sonrisitas, yo me refiero al Euribor. En resumen, seguimos endeudados. Cuanto más haya que dedicar a las hipotecas, menos dedicaremos a otras cuestiones. Menos ocio, menos ropa, menos... ¿la economía se resentirá quizás? Esperemos que no. Ante ésto lo único que se puede hacer es "gastar" con cabeza... Ya veremos qué pasa, siempre nos queda el recurso, o la excusa, de las rebajas.
Y la lluvia que no acaba de ser la suficiente. Ojo con la sequía... esto sí que puede ser un problema importante.
Podríamos decir que todo sigue más o menos igual que siempre. Eso creo yo. Al menos, sigamos trabajando con ilusión. Con la esperanza de ser felices, de cumplir nuestros deberes con el convencimiento de que así contribuimos a mejorar nuestro entorno. Disfrutando del ser; el tener tampoco es tan importante una vez cumplidas las necesidades básicas.
Yo quiero empezar este febrero con una sonrisa a pesar de todo. Un gran abrazo.
Lo dicho.
PD: En el aire! Bien por Roberto.