Este mes voy un poco pillado de tiempo. De ahí el retraso en dar la bienvenida a mayo en nuestra página. Estoy preparando un curso que impartiremos a mediados de mes para enfermeras y médicos de centros de salud. El proyecto consiste en hacer un cribaje amplio –screening solemos decir más frecuentemente en nuestros foros- de la población para detectar la retinopatía diabética de una forma precoz, favoreciendo así un mejor pronóstico de esta a menudo devastadora enfermedad. De hecho es la principal causa de ceguera entre los 20 y los 65 años en los países del “primer mundo”. Os sorprendería la enorme cantidad de enfermos diabéticos, generalmente diabetes del adulto que llamamos tipo 2, que no se controlan y que por supuesto no se vigilan sus ojos. Y lo que es peor, la cantidad de diabéticos que lo son y no lo saben.
La diabetes es una enfermedad que puede tener repercusiones sobre todo el organismo. En mi especialidad, la retinopatía diabética llena las consultas de todos los centros públicos y privados. Es tal el número de pacientes y las revisiones que precisan, que los recursos disponibles no dan abasto por ser bastantes escasos. En un intento de mejorar la atención a estos enfermos surgen hace unos años diferentes propuestas.
De hecho mi trabajo de tesis doctoral consistía en “formar” a los médicos de familia para aprender a explorar el fondo de ojo (dilatar la pupila y mirar la retina con un sencillo oftalmoscopio directo; cinco minutos de su tiempo) y enseñarles a cribar lo que debe ser valorado por un especialista y lo que de momento no. Para ello, me reuní con ellos en varias ocasiones, les enseñé lo que debían conocer de la retinopatía diabética y a utilizar el oftalmoscopio. El trabajo consistió en revisar a todos los diabéticos conocidos de un área de salud de la ciudad de Málaga. En nuestro tiempo libre y sin compensación monetaria alguna, lo que les hace merecedores de todos los halagos que se os ocurran. Colaboraron siempre con una amable sonrisa y gran entusiasmo. Desde aquí os lo agradezco compañeros. Es lógico que vuestros pacientes os quieran tanto. A lo que iba, ellos los valoraban y acto seguido los valoraba yo con mis cacharritos. Lo que intentaba demostrar era que en atención primaria podía hacerse un cribaje eficaz de esta enfermedad. Llegamos a varias conclusiones, el aprendizaje por parte de los médicos de familia no era tan fácil ni tan rápido como en principio pensamos y además, la atención primaria de salud no podía asumir esta nueva actividad que requería más tiempo y esfuerzo de unos profesionales que ya de por si están sobreexplotados valorando una media de 60-70 pacientes por día. No publiqué mi tesis al ver semejantes resultados que además eran fruto del trabajo de unos excelentes compañeros médicos de familia y con una motivación altísima, algo no fácil de conseguir en general en la “vida real”.
Otras propuestas con mayor presupuesto y alentadas por los servicios de salud se basaban en utilizar “máquinas fotográficas” que manejarían técnicos y cuyas fotos –retinografías- valoraríamos los médicos. Y aquí estamos. Este sistema ha demostrado mayor efectividad y eficiencia. La foto se hace en los centros de salud, incluso sin necesidad de dilatar la pupila en muchos casos, y se envía por intranet al hospital. Esto supone una enorme cantidad de retinografías en el hospital donde tampoco sobran los recursos, de manera que estamos valorando la posibilidad de que un equipo de médicos de familia valore las retinografías previamente y sólo nos remita al hospital las que consideren patológicas. Una vez detectada la patología en el hospital procederíamos a citar al paciente con la preferencia que precise para poder tratarle adecuadamente. Fascinante ¿no? Si no podemos aumentar los recursos disponibles, saquémosles el máximo partido.
Pues en eso estoy. Preparando la formación de estos técnicos y médicos para intentar empezar a dar este servicio en junio. Por supuesto yo no soy más que un pequeño engranaje de esta maquinaria que confío nos ayude a evitar la ceguera en alguno de estos pacientes. Con sólo uno ya habrá merecido la pena. Y todos los que estamos en ello nos sentiremos bien pagados. De eso vive la administración.