Un saludo especial a los que acaban de llegar a nuestras vidas:
Rosalía, nuestra apreciada piloto, llena de entusiasmo y alegría, Bernardo, profesor de informática, Jasmin, profesora de educación infantil. Además saludamos a Elena, estudiante universitaria; a Patricia y a Sara nuestras auxiliares de vuelo y técnicos en turismo. Sin olvidar a Santi, estudiante benjamín. Nos sentimos felices de vuestra incorporación.
Un cariñoso saludo a todos... . y ahora seguimos...
Charlando con Lourdes...
Noviembre
Satur con su reflexión, Patricia e incluso David con su poema, nos han dado su versión de la confianza y han compartido con nosotros sus sentimientos e inquietudes. Patricia nos ha recordado la existencia de un gran libro “Tus Zonas Erróneas”. Gracias a ellos hemos podido pensar algo más en lo importante que es el pensamiento positivo.
Desde ese balcón que hemos abierto, tímidamente, yo continúo haciendo preguntas a Lourdes y ella, con sencillez, sigue estimulando mi necesidad de saber y ordenar lo que he aprendido a lo largo de mi vida.
Pregunto: Lourdes, en este laberinto de la confianza y el positivismo y la construcción y el negativismo y la destrucción ¿Existe los “Vampiros Emocionales”?
Ya lo creo que existen:
Si seguimos y clasificamos la vida en dos sectores, nos encontraremos un mundo de espectadores, por un lado, y actores, por otro.
Los espectadores critican, juzgan, desprecian y sobre todo “chupan”. Se encierran en una burbuja de incomprensión y falta de empatía para, según ellos creen, evitar el sufrimiento, evitar el dolor. Esto hace que se enquisten y no evolucionen derivando hacia una de las personalidades patológicas con la que entronque, dependiendo de los factores que incidan en su elección, por ejemplo: Narcisista, luchando siempre por ser lo más importante de cada momento, con sus enfados y rabietas si no consigue lo que desea. El Histriónico, que hace de su vida un espectáculo permanente. El Anti-social, al que le traen al fresco las normas; el Obsesivo-Compulsivo adicto a la seguridad, debe llevar riguroso control de todo; y finalmente el Paranoico que piensa que todo el mundo lo persigue. En general desde la perspectiva de los vampiros emocionales no existe causa y efecto en sus acciones, siempre intentan satisfacer sus “necesidades” sin tener en cuenta al otro y cuando este se encuentra en baja forma o exhausto de tanto dar, entonces con un gesto teatral, lo dejan atrás con desprecio, aduciendo que ellos ahora están “en otro rollo” y ya no les interesa esa amistad o compañía. El vampiro emocional siempre te hace creer que te ayuda, que llena tu vida de chispitas, pero en realidad te hipnotiza para que le des todo y no te da nada. Normalmente cuando su víctima se da cuenta ya es demasiado tarde y tiene que atravesar un largo camino a la recuperación. El Vampiro emocional exige, impone, sientes que debes estar a su servicio, tu vida sólo es para que él sea atendido y cuando se le necesita sólo devuelve soledad.
Comento :Son aquellos que Angie llama “encantadores o encantadoras de serpientes”, fascinantes, ojos brillantes, llenos de energía... .
Lourdes, asiente y continúa
Mientras los espectadores desarrollan la envidia y el odio destructivo, los actores, construyen el mundo buscando siempre algo mejor para todos.
Contesto: Creo Lourdes que acabas de describir a muchos personajes de mi vida. ¿No crees que es triste que un niño con una relación horrible con su madre y entorno termine siendo un vampiro emocional?. Yo creo que esto también se aprende, de hecho yo he conocido familias enteras de vampiros emocionales, gente que desprecia la generosidad de sus víctimas.
¿Puedo ser yo un vampiro emocional?, Lourdes contesta, rotundamente no, tu has sido entrenada para dar. Si quieres saber más del tema hay un libro que habla de esto con gracia, es del Doctor Albert J. Bernstein, psiquiatra y se llama “Vampiros Emocionales”. Tal vez no sea una joya literaria pero analiza muy bien este tema , ah! y nos da una lista de supuestos para detectar a estas personalidades tan enfermizas.
Y yo le digo: ¿Funcionará la ristra de ajos? Y nos echamos unas risas, porque la risa amplia y casi infantil es salud mental.... . ¿no?