Los Reyes llegaron y se fueron y nos dejaron un poco despistados, con los bolsillos vacíos, pero..........“Que nos quiten lo bailao” "Que el río todo se lleva.....
Reflexiones de principio de año.
Durante estas fiestas, por costumbre, suelo reflexionar más que de habitual, ya que, tengo tiempo libre y el tiempo es imprescindible para esta actividad. Por otra parte mi sensibilidad, así como, mi capacidad de observación me hacen estar especialmente alerta. Alerta para descifrar mil gestos y dispuesta a estar alegre, a pesar de ellos.
Me encuentro bien en el mundo de los niños, de la magia, de los cuentos, de las ilusiones y del cariño porque sí. Desde esa Atalaya el mundo de los adultos se ve embarullado por una serie de consideraciones y condicionamientos, que a veces, me resultan cómicos.
Algunos se esfuerzan excesivamente en ser malévolos, amargos, desleales y algunas otras linduras, porque no son capaces de reconocer en ellos nada que les guste, lo más extraño del caso es que suelen ser de los seres más bellos, de no ser por su empeño de estropearse la vida y arruinar la de los demás serían abanderados, que, en el fondo, es lo que necesitan. El resultado de su desprecio por ellos mismos y su actuación sólo los hace patéticos, aunque es verdad que pueden llegar engañar a unos cuantos y de eso se alimentan. Estas personas sin calificativo, que juegan entre dos aguas y que llaman a su confusión, modernidad, declaran que: “no está de moda ser feliz, ni querer a los demás, ni ser heterosexual, ni creer en Dios o creer en algo. No está de moda la bondad ni la generosidad y por supuesto no está de moda ser fiel a nada ni a nadie, ni siquiera a uno mismo”.
“Está de moda: embotar los sentidos y dar rienda suelta al instinto, se atropelle a quien se atropelle, pequeño o grande, hombre o mujer, no hay racismo ni se cuidan edades o sexo, a todos nos desprecian por igual”.
En medio de esta “tendencia” estamos los que vivimos en contacto con el mundo de la ilusión. Cuando alabamos a alguien, o lo queremos, entonces nos dicen que los “idealizamos”y aquí es donde yo me quedo confusa y sin salida. Estoy cansada de la banalidad de esa queja así es que veremos que encierra.
Idealizar, según el diccionario de la Real Academia Española, es: elevar las cosas sobre la realidad sensible por medio de la inteligencia o la fantasía. Bien, luego para idealizar hay que tener un patrón ideal y ¿dónde está ese patrón? En mi educación, todo lo humano es valioso, la belleza, no sólo depende de cánones físicos y cada persona es especial, única e irrepetible, todo ser humano es aquello que le permite su entorno, raza, lugar y religión en que han nacido, algo que he podido constatar en mi vida, hasta ahora.
Según mis profesores del Liceo Nº 1 de Niñas de Santiago de Chile, lo que un ser, uno solo, hiciera con su vida o de su vida, iba a influir en su entorno, por consiguiente influiría en su comunidad, país y así infinitamente hasta abarcar el mundo. Así como la piedra que provoca ondas al caer al agua o las piezas de dominó que se derriban una a otra.
Todo afecta a todo. Este pensamiento, de pronto, parece terrible por la responsabilidad que deposita en cada individuo, pero vivir así, pendiente de tus acciones, produce bienestar, ya que, si todos cuidamos de todos tendremos la clave de una buena convivencia. Si todos animamos a todos a seguir sus sueños, todos nos beneficiamos. Si fuésemos capaces de esto, que es realmente sencillo, no tendríamos que inventarnos tristezas o tragedias más allá de las que la naturaleza y nuestra ignorancia nos depare y probablemente nuestro planeta dejaría de estar en peligro, los niños no morirían de hambre y nadie abusaría de ellos. ¿Creo en el mundo ideal? No, lo ideal depende de las circunstancias. El mundo se inventa y reinventa cada día, siempre lo impone el más fuerte y depende de lo aprendido, así ha sido desde la época de las cavernas, pero también os digo que este es sin duda el mejor mundo que se ha inventado hasta ahora, yo no puedo ni imaginar el sufrimiento de mis antepasados para vivir cada día, padeciendo para crear algo mejor y más cómodo. No me atrevo ni a imaginar la vida de esas mujeres, lavando en el río e intentando no ser vejadas a diario. Ya sólo falta que nos gobiernen los sabios.
Dicho todo esto, ¿podríamos hacer un pacto? Por qué no trabajamos un poco más por el bien común y nos criticamos un poco menos. Y que tal si probamos a querernos y que cada cual idealice lo que le parezca, la única regla NO HACERNOS DAÑO, si se puede evitar, que el noventa por ciento de las veces, se puede.
Pero si hay alguien que tiene que seguir el camino del dolor, es su vida, por mi no hay objeción, sólo le pediría que intente pasar por otros derroteros que se asemejen más al suyo, sin pisotear los míos, y lo pido con el respeto que me merece como ser humano.
RÉQUIEM PARA EL QUE PUDO SER AMIGO....
Supe de la muerte de Javi cuando ya no quedaban lágrimas, de la edad de mis hijos, pudo vivir con nosotros, disfrutar de los cuidados de una madre machacona, preocupada por su bienestar; no pudo elegir, todo en su vida en su programación lo conducía a la droga, a la mentira, al dolor, a la cárcel y finalmente a la muerte, nuestro mundo de risas le hería profundamente y no era capaz de absorber ni un gramo de nuestro cariño. Era doloroso para él que lo quisiéramos. Siempre guardó una sonrisa para regalarnos, una preciosa sonrisa, pero su mundo no tenía lugar en el nuestro. Lo quisimos y respetamos sus decisiones, lo queremos y no hay nada que agregar, su mundo de niño fue tan amargo y cruel que no le dejó ni una sola rendija por donde pudiera pasar la luz y al fin lo cubrió la sombra. Se fue en su moto, con el aire en la cara y su corazón herido, me gustaría pensar que sintió que lo queríamos......Descansa en paz.
MI QUERIDA TIERRA
Recuerdo que mis ojos se llenaron de lágrimas cuando en 1967 volví a España y vi San Sebastián, Guipúzcoa. Su belleza y la de sus gentes me cautivó, pero sus calles llenas de tanquetas en las fiestas me entristecieron y hasta proferí algún improperio, cosa poco corriente en mi. Con el tiempo y las visitas con controles antiterroristas en las carreteras, y años más tarde, ya con la democracia, la imposibilidad de dar opiniones contrarias a las de los que frecuentan los bares del chiquiteo y un largo etcétera, deje de ir a mi Bella Easo. La contemplo desolada a la distancia, la colina de Julita Enea en el barrio de Aldaconea, donde nací me parece triste, a pesar de su belleza, ya hace tanto que no contemplo mi ciudad al mar desde el Monte Igueldo que duele.
Quiero que me devuelvan mi tierra, quiero disfrutar de la playa de la Concha, visitar a mi familia sin miedo. Quiero caminar por el puerto, cantar y bailar sus jotas. Quisiera poder honrar a mis antepasados que tanto lucharon para hacerla más grande .
A mi no me estorba nadie, ¿porque no nos dejáis vivir en paz?