Febrero, carnaval y cuidad a los niños.

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Creado en Jueves, 07 Febrero 2008 09:12

Última actualización en Miércoles, 20 Marzo 2013 10:54

Escrito por Aliama Narval

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Pasó el carnaval, con su alegría y sus disfraces. Ana intenta aceptar la marcha de Lampiao, su perrito, ese ser que cuido con inmenso cariño por muchos años. También en carnaval  hubo hospitalizaciones y momentos difíciles para algunos, pero la vida tiene la máxima de seguir adelante. Envío un abrazo a los que les ha tocado vivir  momentos difíciles.

                                 Los niños sólo serán lo que les dejemos ser.                    

A una familia se le presentó estos días la disyuntiva de ir o no al funeral de un pederasta que atormentó a sus hijas durante años, confieso que este tema me duele demasiado ¿porqué puede un padre hacer esto a sus hijas durante años sin que nadie se de cuenta?

 Aunque se que ningún ser humano sano puede hacer cosas como estas y que los depredadores son enfermos mentales, sociópatas y sicópatas, en muchos casos, y sin ignorar el hecho de que ellos, en muchas ocasiones han vivido abusos o los han visto, no puede compadecerme de ellos, como no puede tener compasión de un perro rabioso.

No hay odio en mi corazón  porque entiendo que nadie con una educación de mezquindades, crueldades, de todo tipo y abusos o mal trato físico o psicológico pueda elegir ser una persona constructiva, ya que, jamás tuvo un ejemplo de bondad y amor en su infancia, o pesó más la rabia que ninguna otra consideración.

Yo pensaba, hace muchos años, que la pederastia la provocaba la pobreza y la ignorancia, que era cosa de las poblaciones de chabolas donde la gente vive hacinada y donde la vida carece de todo valor, pero la realidad me ha mostrado su cara más patética, sólo basta con una educación que fomente el egoísmo a ultranza, la arrogancia y el desprecio por los demás para entrar en el área de la enfermedad mental.

Recuerdo la alegría y el sentimiento de estar protegidos que nos producía a mis hermanos y a mí la presencia de nuestro padre y me parte el corazón ver como hay niños que tiemblan de miedo cuando su padre aparece o tienen que estar a solas con él.

Me gustaría tener una varita mágica que librara a todos los pequeños del mundo de este terrible sufrimiento que hará que sus pequeñas vidas, en un gran porcentaje, sirvan para causar sufrimiento a otros o tengan que cargar toda su existencia con esa violencia y dolor en sus mentes.

Me gustaría que en cada adulto, mujer u hombre sano, existiera un guardián de los niños, un educador que los protegiera. Me gustaría que aprendiéramos a considerarlos sagrados. Me gustaría que les enseñáramos autodisciplina y respeto por la vida y todas sus criaturas, que los formáramos para ser guardianes de la humanidad, fuertes e inamovibles pero sensibles y cariñosos con la vida.

  Cuando miro a mi madre y recuerdo a mi padre y mi infancia con todos los adultos que me rodearon, me siento agradecida, sólo puedo sentir gratitud. Mi educación tiene, sin duda, muchos fallos, pero nadie me hizo sentir el terror del maltrato y ningún adulto me descubrió la violencia y crueldad que puede acompañar al sexo. El sexo, como a mi me enseñaron es algo natural y bueno, cuando es consentido y entre gente responsable.

La pederastia es una lacra que nos hace ser seres de poca monta. El abuso verbal o físico nos hace ser seres de poca monta y si no sabemos acabar con todo esto, sin duda ello acabará con nosotros.

Por último creo que todo el que calla por conveniencia, vergüenza o miedo es también  un poco pederasta. No se puede permanecer ajeno al dolor del pequeño que tenéis como vecino.

Felicito a Carlos, novio de Nuria que el otro día impidió que un padre le diera una brutal paliza a su hijo porque había tirado un vaso de agua. Necesitamos guardianes en todas partes, gente valiente que aprecie su papel de adulto.

Perdonadme si no siento respeto por aquellos que miran hacia otra parte, aquellos que sabiendo que su marido, mujer, vecino, el profesor, el párroco, o cualquier otro, hace daño a los niños y no se inmutan.

 Invito a todas las personas a que entiendan lo desvalido que está un niño en manos de adultos enfermos e irresponsables, las invito a  cuidarlos por encima de la conveniencia o el que dirán.

¡No todo vale! Y el que se siente poderoso en su maldad que sepa que no es malo, que es, tan sólo, un gran enfermo mental, un depredador por defecto no por elección.