El efecto dominó
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- Creado en Martes, 11 Noviembre 2008 14:34
- Última actualización en Miércoles, 20 Marzo 2013 10:54
- Escrito por Aliama Narval
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El efecto dominó 
Estaba viviendo el absurdo de una situación desastrosa creada por la estupidez de un solo ser humano, quien decidió, un día, no pagar a tiempo una factura, no porque no tuviera para pagarla, sino porque, consideró que cumplir con ese compromiso no era necesario, de momento. Con un enorme grado de desatino y mala voluntad, o la llamaremos indiferencia, puso la factura bajo una pila de otras cosas pendientes, que perjudicarían a otros también...
El ingreso se esperaba para el día 1º del mes, todo era tranquilidad pues la empresa no había fallado antes, tenía una Directora norteamericana, con un alto sentido del compromiso que ahora ha sido ascendida, como era de esperar.
Pasaron tres días antes de que se diera la voz de alarma. La cantidad era importante y los intereses comenzaron a crecer a la par que la impaciencia de los responsables del banco. El responsable de finanzas, mentía y mentía, al fin se determinó no permitir a la empresa recibir los servicios contratados, por incumplimiento del contrato, en aquel momento se descubrió que la factura seguía apilada y que las intenciones eran demorarla lo máximo, ya que, no era considerada vital.
Cuando se preguntó por qué este cambio de política, la respuesta fue: “Es que ahora tenemos un director español”
No se puede comentar nada al respecto, porque, a poco que se digiera sería ofensivo. El caso es que este individuo y sus nuevos colegas crearon una situación imposible para una persona que tiene que pagar su casa, poniendo en riesgo, incluso, el desarrollo de su trabajo. Pusieron en riesgo, serio, el pago del salario de una auxiliar de enfermería para una anciana que la necesita absolutamente, pusieron en riesgo a un grupo de buenas personas que respaldan a quien debía recibir el dinero y crearon tal estado de ansiedad y malestar que la persona que debía recibir el dinero estuvo enferma, con lo que su trabajo se vio altamente perjudicado, arriesgando su futuro.
Escuchando historias de nuestras empresas pequeñas me he encontrado con que muchas no han podido seguir funcionando gracias a gente como este selecto grupo de directores financieros españoles, que no son capaces de medir las tremendas consecuencias de sus actos y decisiones. Si, es verdad que los hay en todas partes, pero es que en España parece ser la norma.
Si es cierto que el efecto BOOMERAM existe, prefiero ni imaginar cual ha de ser su futuro y creo que no vale eso de “fue sin querer”, ya que no han puesto un ápice de buena voluntad en sus actuaciones.
Creo que sería conveniente que examináramos nuestra terrible idea de que “el que venga detrás que arree”. Vivimos en un mundo en el que necesitamos del otro, de su conciencia y de la responsabilidad de sus actos, los que siempre tendrán una repercusión absoluta en los demás, especialmente en los eslabones más débiles de la cadena, los que, a pesar de ser débiles, forman la cadena, por lo tanto si esta se rompe, se romperá para todos. Y todos lo sufriremos, antes o después.