Navidad, Navidad, dulce Navidad…
Debo reconocer que esto no es en absoluto cierto para muchas familias en el mundo pero, aún así, sigue pareciéndome una buena idea parar un poco la actividad frenética y juntarse con los amigos alrededor de una mesa, comer juntos y echar unas risas, sin importar los problemas que nos acechen.
Es cierto que en estas fechas hay muchas situaciones forzadas y no queridas: la hijas o hijos que no desean estar con a sus padres, las nueras y yernos que deberán esforzarse con la familia del contrario, hermanos y hermanas que se inventan rencillas y tíos y tías, incluyendo primos cuya presencia molesta a algunos miembros de nuestros “clanes.”
Todo esto pasa en Navidades y no lo vamos a ignorar, lo que si sería bueno es que reflexionáramos en los porqués y siendo leales con nosotros mismos, revisáramos las razones de dichas rencillas, porque a veces son sólo la opinión de un miembro de la familia que ha decidido crear malestar con mensajes subliminales de malentendidos, que al final, después de los años, han logrado crear un gran socavón entre unos y otros y sus razones, la mayoría de las veces, son fantasmas de su ego herido.
A mi me gustan las fiestas por educación, entrenamiento y convencimiento, y es por eso que os deseo que sea un tiempo muy feliz, de verdad, independientemente de lo que los demás hayan hecho, que ellos ya bastante tienen con sus consecuencias.
Estos días me resulta difícil encontrar gentes agradecidas, es difícil encontrar gentes que pidan las cosas por favor, por tanto sería hermoso si empezáramos a dar las gracias a los que nos quieren y favorecen y, por que no, cuando estemos en la mesa, pidamos por favor nos alcancen el pan y digamos gracias al recibirlo, aún cuando, quien nos lo de, sea nuestro padre, madre, hermano, pareja o cualquier otro con el que tengamos confianza.
No creo en la teoría de que no hay que guardar buenas maneras con los de casa, porque ¿dónde sin no en casa, se pueden aprender las buenas maneras y el respeto a los demás, el cariño y la empatía?
¡Es muy difícil ser educado si no se practica a diario! Las buenas maneras facilitan mucho el entendimiento entre las personas y nos permiten vivir más relajados.
Así pues ¿Por qué no empezar ahora, estas Navidades y Año Nuevo?
¡Un gran abrazo a todos!