¡Se acabaron las vacaciones!
Han sido largas y preciosas. Volvemos a casa..
Ha cambiado el paisaje y en nuestra memoria persisten las sensaciones del mar, el sol, la alegría del cariño de los más cercanos, la risa y movimiento continuo de los niños.
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Los proyectos de castillos de arena, el juego de las olas, la placidez de los ratos de hamaca al sol del atardecer, el hablar del no hablar, el estar juntos disfrutando de la compañía sin decir más de lo que dicen las sonrisas, los catamaranes, las fiestas de la luna llena; las cenas de los mejores anfitriones que yo conozca, Jani y Marcelo y las conversaciones con mi madre en la terraza mirando a un mar poblado de veleros y barcos en pos de otras islas y rincones paradisíacos. |
Todas estas sensaciones profundas y entrañables enriquecen de tal modo mi vida que ya soy un pedacito de esa isla mágica que es Ibiza. Allí sólo soy arena sol y mar, un alma ensanchada y plena, allí desaparece mi identidad, el ritmo cambia, todo es cadencia y es que allí están los principios que me acogen con la naturalidad del nido y porque allí sólo viven mis sueños, sin edad ni condición.
Ahora ya en mi paisaje habitual, abrazo a los que dejé y vivo con gratitud, por lo que tengo y tuve. Abriremos otras ventanas y siempre florecerá una sonrisa al disfrutar de nuestra compañía.
¡Nuevas aventuras nos aguardan en este continuo cambio de estaciones y yo les doy la bienvenida!
Agradezco a mi hermana Noemi Mabel la posibilidad de viajar siempre que quiero. ¡gracias por tan fantásticas vacaciones!
Aliama Narval