Este cuento fue escrito por María Fernández Cardona, alumna de 5º curso del colegio Nuestra Señora de la Consolación en Ibiza.
Queremos felicitar a María por este primer premio.
Aquí tienes tu pagina para publicar tus trabajos, cuando quieras.
Había una vez un niño que se llamaba Daniel.
Ya le habían dado las notas del primer trimestre, así que era Navidad.
La noche de Noche Buena se fue a la cama pronto. Claro, todo el mundo sabe por qué.
Por la noche, la tormenta le despertó y fue a beber agua a la cocina. Oyó unos ruidos muy extraños, que venían del salón.
Lo vio: era Papá Noel.
Daniel le dijo: -Hola, ¿Qué tal?
Papá Noel le respondió : ¡Ay que susto! ¡Hola!
Daniel le preguntó: - ¿Qué haces?
El le contestó: Repartir los regalos.
Es la última casa que me queda en el mundo.
Así que ya volveré al Polo Norte.
Daniel le dijo: ¿Puedo venir? ¿Puedo venir?
Papá Noel le respondió.- No sé, no sé, Buenooooo, si, vale!
-¿Cuántos renos tienes?- le preguntó Dani
-Seis, le respondió.
Partimos hacia el Polo Norte.
Cuando llegamos había cosas extrañas, claro sólo para Dani.
- ¿Quiénes son?, Preguntó Dani.
- Son Elfos, dijo Papá Noel.
- ¿En serio? – preguntó Dani.
- Sí, le respondió.
- Que guay! ¿Y que hacen?
- Hacen los regalos del año que viene, dijo Papá Noel.
- ¡Que chuli!, dijo Dani.
Entonces Dani jugó y jugó con los Elfos hasta que fue hora de partir.
Pero uno de los renos le dio un recuerdo ¡sí! Uno de los renos ¿raro, eh?
Le entregó una hoja, pero el se la dejó y no se dio cuenta.
Partieron los dos
- ¡Adiós, Adiós!
Dejó a Dani en su cama, y Papá Noel se fue.
Miró si se había dejado algún regalo, y al buscar en su bolsillo, tenía la hoja del reno y se la dejó en el árbol de Navidad. Al despertar por la mañana el niño pensó que era un sueño. Pero el sabía que no. Miró a ver si tenía la hoja.
- Y dijo: ¿Dónde la habré puesto?
Miró en el árbol y allí...
¡Sabía que no había sido un sueño!