Aurora, alba, mañana y madrugada.
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Y sin embargo,
Cuantos comienzos presenciamos,
Cuantos nacimientos y resurrecciones
Somos y seamos.
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Vuela el fénix, dentro de aquellos que mejorar desean
En los confines de los que sueñan.
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Inconscientes,
enamorados al atender a esas ondas,
dulces ondas,
que rítmicas nos envuelven.
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Con su color,
con su sabor,
Mas solo si las dejamos entrar
Florece la flor.
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Y es tarea de titanes el repetir una jugada
Desandar la senda que otrora fue andada
Y Decidir con tino,
volver por otro camino.
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Pues el tiempo se niega al desorden
y es todo lo vivido es
por siempre de ti una sombra,
pesada cual piedra pues
o ligera como una alondra.
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Ayer te esperé
Ayer, me buscaste
Y hoy desconcertado no se si huirte o amarte.
¿Se me ha vuelto a olvidar amarme?
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¡Ay!
No se cerrar el armario de los sueños
¿Puedo?
Tengo el corazón rojo y sereno,
Palpitante y lleno.
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Quiero fluir y no se hacia donde,
Pues la querencia del tiempo
Parece tenerme varado en rincones.
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Y estanques con ranas,
que croan tan alto
me impiden escucharme.
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Seguiré la estrella, entonces
Y ella,
Habrá de guiarme.
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Davinchu
A estrela do David
04/02/2006