Viajar es el gran alimento del alma, nos enfrenta a nosotros mismos, a nuestros miedos, nuestros deseos ocultos, nuestras inseguridades y creo que en cierto modo, para los que lo reconozcan, nos hace ver lo afortunados que somos.
Tenemos a nuestros marineritos organizando otra navegada y a nuestros buscadores de olas pensando en otra playa, otro mar. Un saludo a todos y buen viaje.