TÚ LO DIJISTE
Cuando el corazón aún podía sufrir,
Tú lo dijiste con voz de nube llena de lluvia.
Secos los ojos, anegada el alma de dolor.
Tú lo dijiste con tu silencio roto...
Se quedó la tarde sembrada de nada.
Se quedó aquel verso de mis labios sin despertar.
Los minutos se fueron bordando
Lejanos en horas,
que yacerán, para siempre, ignotas en la tempestad.
Aliama Narval
(Versos de Siempre)