Tantos recuerdos, tantas palabras de alabanza para tí, tantas bendiciones, para recibir este desprecio...
Duele cuando el que se dijo amigo da la espalda,
Arrojándote al gélido lago de la crítica malvada
Pero aún duele más probar que nunca fue tu amigo.
Sólo por su soledad fue su presencia,
siempre en su mirada displicente,
tan alto engalanado de arrogancia,
regalaba migajas de inocencia
inventando cercanías falsas.
Cuan raro es aquel o aquella que siempre ama
Aquel que agradece tu presencia,
el que siempre te protege
Con el mismo amor que le regalas.
Sentada en el regazo de esta pena
Nace mi alegría, me rindo agradecida
A los que de verdad me cuidan
A los que atesoran mi cariño,
haciendo crecer un jardín
de belleza y esperanza.
Inmensa gratitud por el amigo falso que se va y da la espalda
Porque al fin me ha dejado ver su verdadera cara.
Gratitud al descubrir a los que tengo, a los que amo
Descubrir su grandeza sencilla y llana
Gracias al claro desaliento
Que deja tras de si
esa amistad falsa
Puedo ver el cielo
Tachonado de estrellas
De belleza inusitada.
Y ya no llevo alforjas
De pena y añoranza.