Descanso.
Bendito silencio lleno de sonidos que me asombran
Silencio de voces agudas o redondas
El mar baña mis pies allí donde me encuentre.
El agua besa mi piel bajo la fuente,
El barro me moldea,
Las algas me entretienen,
La montaña protege mi espalda,
Cual escudo silente.
El agua,
una y otra vez,
una y otra vez,
con su danza
de mi danza
me sostiene,
corre, juega salta,
se remansa,
pero nunca se detiene.
No es tarde
Ni pronto,
No es luz
Ni sombra
Sólo un correr del viento,
Detenido, un instante, como un beso divino
en el espacio cristalino de mi frente.