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Quiero aprender a vencer la pereza, quiero aprender a amarme y respetarme para poder amar y respetar a los demás.
Aliama Narval
A los españoles, entrenados en el no pensar, nos puede la pereza en grado superlativo. A mí me gustaría cambiar, me gustaría aprender a ser razonable, a negociar, como los alemanes han negociado su gobierno, me gustaría aprender a amar mi patria y sus cosas como lo hacen los franceses, comparada su pasión por lo propio, quiero ser chovinista y sobre todo quiero ser coherente como los islandeses poniendo fuera de juego a los que nos hacen daño, exigiendo a los que aman lo ajeno que lo devuelvan y no permitiendo que gente como los bancarios y banqueros, todos, los que se han librado de las miles de atrocidades cometidas, se salgan con la suya por subterfugios legales financiados, presentados como errores casuales fruto de la precipitación de algún funcionario o la mala interpretación de la ley de algún magistrado. Chanchullos, chanchullos y más chanchullos.
Decía un portavoz del partido en el gobierno “Nuestro partido es tan honrado como todos”, “a buen entendedor pocas palabras bastan” ese es el problema, precisamente ese es el tema, nadie, en este momento, se libra de la consabida pifia. “Todos parecemos cojear del mismo lado”.
Me gustaría saber si el hecho de que todos lo hayamos hecho mal, libera al grupo de listos y espabilados de su responsabilidad. Si el hecho de taparse unos a otros “Una mano lava la otra y las dos lavan la cara”, nos puede favorecer al conjunto de los que vivimos en este país o siempre favorecerá a los que elijamos para organizar nuestras cuentas y servicios, al fin y al cabo nuestro refranero sentencia que en el gallinero ” las gallinas del palo de arriba, bueno, ya sabéis lo que hacen encima de las que están en los palos de abajo” ¡Y poco importa el color de las gallinas que estén encima! Visto lo visto tendríamos que aceptar aquello de que “Cada cual aguante su mochuelo” lo que no deja de ser un gran contrasentido para un pueblo que quiere ser solidario. Mostrando estos ejemplos continuados y continuos ¿Cómo nos vamos a ganar el respeto de los otros países del norte de los que somos socios? Pero sobre todo ¿Cómo nos vamos a respetar a nosotros mismos?
Yo que a pesar de la pila de años que tengo no dejo de soñar, opto por seguir estudiando, miro hacia dónde puedo aprender y me solidarizo con el sentido común, la ética y la estética del comportamiento. Se, por esa misma pila, que el conocimiento es poder, que la capacidad de discernir es lo único que nos salva del desatino, por eso quiero aprender y enseñar y quiero aprender a reparar los errores sobre la marcha porque como decía mi abuela “El que no acude a la gotera, acude a la casa entera” y a este paso nos quedaremos sin casa y luego a ver quién nos adopta con la mala fama que nos estamos echando. Y como tampoco podremos recurrir a nuestros bancos porque, como seremos pobres, los banqueros, nos retiraran el saludo como ha hecho el director de mi oficina. Al no tener nada que quitarnos nos ignoraran y quitaran lo poco que nos quede porque nos consideran idiotas y tal vez lo estemos siendo en demasía, por eso, más vale que espabilemos y empecemos a estudiar con lupa “todas las letras pequeñas”, empecemos a exigirnos y a exigir desde el conocimiento. Tendremos que cambiar leyes, las que sean necesarias para lo cual sería conveniente saber interpretar lo que dicen y eso requiere una buena formación.
En una sociedad plural, de la que nos jactamos, no puede haber excluidos ni puede haber los siempre incluidos sólo para recibir, si no y muy especialmente para responsabilizarse de lo que significa el bien común que por supuesto excluye cualquier intento de hacerse con el patrimonio de todos y también excluye a los pequeños aprovechados que no saben trabajar y no quieren aprender.
Y mientras "al perro viejo todo se le vuelve pulgas", hay una tropa de jovencitos profesores universitarios cruditos, hijos del privilegio, que, al fin, se nos han situado; que ahora van al Parlamento Europeo a insultar a sus homólogos, eso como presentación, luciendo su absoluta falta de educación y buenos modales, con una arrogancia digna del más sabio de los ignorantes, blandiendo ideas trasnochadas que sólo puede defender quien se quedó enganchado en la lectura del capital pero que todavía no lo ha entendido, y todavía no se ha dado cuenta que la interpretación de este ha sido un gran fracaso demostrado en todas partes del mundo donde se ha aplicado: "Si nada cambia, nada cambia" y "El que mal empieza, mal acaba"
¡!Ah y no valen donaciones espectaculares del sueldo porque hay muchísima gente donando mucho dinero, constantemente y muchos más trabajando como voluntarios, desde hace muchos años sin publicarlo en ningún sitio...
Menos mal que que los expertos que investigan el desarrollo del aprendizaje de idiomas en nuestro país en la más tierna infancia, han detectado que gracias al bilinguismo todo está cambiando, Esto sin duda por siempre jamás se lo deberemos Doña Esperanza Aguirre, por mucho que pese a muchos.
Al parecer, al fin se aprecia un interés creciente en los profesores jóvenes por un formación contínua para enseñar desde la excelencia y no desde la mediocridad. Los profesores ya no podemos ser nunca más "el tuerto Rey en el país de los ciegos."
Creo que todos nos debemos un poco más aprecio y respeto del que nos hemos dedicado hasta ahora, y todos deberíamos revisar nuestros modales porque al fín y al cabo:
"Lo cortés no quita lo valiente"
Mi querida España, esa España Mía, esa España nuestra... como cantaba Cecilia, aún, después de tantos años, seguimos intentando saber que significa España para nosotros los españoles, cuando la "Roja", nuestra selección nacional, no gana el mundial de Futbol.
Probablemente, después de aprendida la lección lo más sensato sea perdonarnos y:
"Hacer borrón y cuenta nueva"
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Aliama Narval
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Rafael todavía no había cumplido los tres años.
Empezó a hablar y a caminar a los nueve meses y desde los siete meses volaba en un tacatá chiquitito que su madre logró encontrar , porque el médico le había dicho que su hijo quería correr desde que tenía tres meses.
El niño tenía tal poder de observación que dirigía a su tío, hermano de la madre, mientras los llevaba a casa.
¿Y tu como sabes que es a la derecha? Preguntó el tío.
“Porque antes cuando pasamos por aquí vi ese cartel” dijo el niño señalando el cartel de una tienda. El tío no salía de su asombro al ver el sentido de la orientación del pequeño.
Mientras se dirigían a casa con sus indicaciones, la madre y el hermano de esta hablaban del Fisco, es decir Hacienda de Chile. De pronto el niño dijo:
¿Mamá que es el Fisco?
La madre, ante el pasmo de su hermano, le contesto lo que era el Fisco como si el niño hubiese sido un estudiante avezado en cuestiones crematísticas. El hermano de la madre comenzó a reír y comentó que el pobre niño no habría entendido nada.
No estoy en contra de nadie, sólo estoy a favor de todos los que quieren hacer del mundo un lugar mejor para vivir, aquellos que trabajan, estudian e investigan para que eso ocurra y con ellos todos los demás.
Aliama Narval
Para que haya un cambio primero hemos de admitir que no nos va bien con lo que hemos hecho y aceptado hasta hoy. Supongo que de querer mejorar la situación tendremos que empezar por tener mucho cuidado con lo que nos sugiere nuestro refranero, porque según lo veo, refleja bien nuestro cinismo histórico.
Una de las cosa que me llamó la atención cuando volví a España después de 20 años en Chile fue lo de: “Lo que hay en España es de los españoles”, esto se decía en la empresa en que trabajaba para justificar los pequeños hurtos en las oficinas, que si el papel para escribir a máquina, bolígrafos, papel de baño, entre otros como: llamadas telefónicas a toda la parentela y amigos, incluyendo bancos y otras instituciones con las que el españolísimo en cuestión tenía asuntos que dirimir. Y cuando tu intentabas razonar el daño en cadena que eso supondría te soltaban aquello de: “El que venga atrás que arree, o tonto el último” y no digo que en Chile no se cuezan habas, que se que “En todas partes se cuecen habas” y mucho más si pertenecemos a la misma cultura, es que al menos en Chile estaba mal visto eso de sustraer lo ajeno mientras que aquí parece ser un mérito y si tu no participas de todo el enredo entonces pasas a engrosar la escasa lista de “pobres tontos” porque ya sabemos lo que opina el refranero “Donde fuéreis haced lo que viéreis”.
Allá por 1977, nadie quería aceptar el hecho de que si 26.000 empleados de una gran empresa aplicaban dichas máximas, las empresas y por ende, el país se irían al garete. Y ha ocurrido. Unos cuantos años después de mi comentario, la empresa en que yo trabajaba, ayudada por sus crisis, por los bancos, el “mange” generalizado, si se me permite la expresión, los sindicatos avispados, además de el hecho de estar en las manos expertas de uno de nuestros más insignes cumplidores del refranero, que ha vendido y desguazado varias empresas para bien de su peculio, dicha compañía ya sin alas españolas, se ha ido al garete, el país quedó en quiebra con tremendas deudas que costarán generaciones de sacrificios pagar, pero si observamos a todos los que estuvieron cerca del poder veremos un montón de nuevos ricos de todos los colores, con retiros millonarios que han desfalcado y esquilmado nuestro peculio nacional con la mayor naturalidad porque dicen que “ debemos tener las mismas oportunidades porque todos somos iguales” y ellos, desde luego, se sienten más iguales que nadie.
En este selecto grupo de insignes “espabilaos” están los que han ido vendiendo las empresas a quienes se declaran abiertamente nuestros enemigos. A cambio de un puesto de consejeros en sus consejos de administración han sido capaces de vender a su país sin el más mínimo sentimiento de culpa. Ya no tenemos compañías españolas, pertenecen a los inversores de países muy variados, amparándose en el libre mercado y la globalización, nosotros sólo tenemos paro, heredado de un gobierno de absoluto desgobierno. Pero cuidado nadie en este país está libre de culpa desde el primero hasta el último de los ciudadanos que no quieren molestarse en aprender a ser y a respetarse para poder respetar lo que tienen y no perderlo, todos somos culpables como trabajadores de haber sido un lastre para nuestro país y nuestras empresas.
¿Por qué somos incapaces de modernizarnos de seguir teniendo logros que necesitaron tanto esfuerzo de muchos de nuestros antepasados y que alguna vez fueron el orgullo de muchos que lo supimos apreciar? Es cierto que como pueblo no somos capaces de mantener la industria, que no somos competitivos y no es menos cierto que nos parapetamos en el gobierno como los adolescentes cuando acusan de todo a sus progenitores.
Tenemos probablemente la mejor Seguridad Social del Mundo y nuestros hospitales necesitarán ser gestionados por empresas privadas para controlar nuestro difuso entendimiento de la propiedad privada, la sostenibilidad y la contención del gasto público, poniendo en peligro lo mejor que tenemos y no hemos sabido cuidar y defender o mantener. De que vale salir a gritar a la calle si no hemos variado ni un ápice nuestros malos hábitos y nuestra desidia. Y para colmo de males, varias regiones que forman nuestro país no quieren ser españolas, y así sumo y sigo. ¿Para todos estos pobres ejemplos tendremos que decir de España que: “Entre todos la mataron y ella sola se murió”?
Nosotros, fieles a nuestra permisividad con nuestros iguales, nos da igual que suelten de la cárcel a gente peligrosísima para nuestros niños, no nos importa que a ciertos mandamases de la administración de nuestro país les crezcan chalets de más de un millón con un sueldo de funcionarios. Nos da igual que se pierdan los expedientes en los juzgados dejando libres a personajes innombrables, todo porque tenemos capacidad de compromiso y nos gustaría mucho estar ahí donde se puede pillar algo, que: ”A río revuelto ganancia de pescadores” dejando, siempre, la puerta abierta para una posible oportunidad de conseguir privilegios a costa del dinero público en el futuro, o en su defecto, mientras llega esa ansiada oportunidad, nuestra oración es: “Virgencita que me quede como estoy” y “que Dios me ponga donde haiga que ya me encargaré yo de repartirlo”
El sistema de educación que hemos tenido los últimos, ha producido, en general, mucha más ignorancia de la que había, ignorancia y falta de perspectiva, a todos los niveles, incluyendo la Universidad, o para ser más exacta, especialmente en ella. Ahora tenemos grandes oradores catastrofistas hijos de nuestra Universidad Pública que lo confirman.
No creo que sea necesario documentarlo ya que es público y notorio que la mayoría de nuestros estudiantes y profesionales tienen una formación pésima, claro que los profesores víctimas de esa tan mediocre educación, no quieren asumir sus responsabilidades de educador respecto a sus educandos y entonces para librarse de cualquier duda se parapetan en la ignorancia de las familias de sus estudiantes. Y ya estamos a vuelta con el refranero “El cojo siempre echa la culpa de su cojera al empedrado”. Será fácil preguntarse con qué derecho hablo yo de la educación, pues bien, con el derecho de una española que fue educada en Chile, una española que observa con tristeza como se desperdicia tanto talento.
Alguien tiene que enseñarnos ¿Quién si no el adulto debe enseñar y guiar al niño? ¿Quién si no el jefe en cualquier circunstancia, debe organizar, animar y motivar a sus empleados? ¿Quién si no los dirigentes y resto de los políticos elegidos de un país deben llevarlo al éxito a la fortaleza y al prestigio al país que sirven? Porque ningún político o empleado público en cualquier estamento debería olvidar que está al servicio de su país, es decir, al servicio de sus ciudadanos.
La discusión es patética y no importa el partido político que hable; oyendo a nuestros insignes políticos esgrimir sus vacuas razones, podríamos estar el resto de nuestras existencias sin llegar a ninguna conclusión válida para el país, porque la confrontación no es por un aspecto de la ley, o por mejorar su contenido, la confrontación es por no saber, ni tener la más mínima intención de escuchar al otro, lo que denota su falta de interés en el futuro de España.
Su parcial conocimiento de la historia les hace ignorar que el que actúa siempre de la misma forma, sólo puede conseguir, una y otra vez, los mismos resultados de rotundo fracaso, en nuestro caso a las pruebas me remito. No quiero dudar de sus buenas intenciones pero lo que veo en la oposición la mayor parte de las veces no tiene fundamento.
Yo no intento juzgar porque no es posible ver cuando la situación es tan oscura de base y los elementos de juicio con que contamos son tan exiguos. Yo resido en este país, intento trabajar para honrar a este país como me enseñaron los chilenos, si, ellos me enseñaron el amor a la patria, el respeto y la ilusión por participar con mis impuestos en su engrandecimiento, al menos ellos con todos sus defectos aman a su país.
Los socialistas se oponen al control, a la votación directa de alcaldes y a todo lo que signifique que la gente pueda decidir. Viendo lo visto, todos entendemos el por qué.
Después de sus resultados de ocho años de gobierno y las secuelas de otros de sus gobiernos, lo que puedo entender es que han perdido el norte y todos sus valores éticos. También han olvidado en lo que consistía aquello de gobernar.
La Izquierda “plural” sólo habla de quitar el dinero a los ricos, de nacionalizar, de repartir las gallinas de los demás con un mensaje machacón y trasnochado que no lleva a ninguna parte ya que Mars y el Capital forman parte de una historia remota que ya no tiene cabida en el mundo de hoy. Todos hablan mirando hacia el suelo, pero nadie habla de racionalizar este merendero, y tampoco ninguno de ellos le hace ascos al trinque puesto que todos lo protegen incluyendo la justicia.
Los señores del PP tienen nuestra mayoría absoluta así pues intentan negociar pero sin ceder un ápice, los opositores sólo dicen no a todas las propuestas, supongo que en este estados de cosas hay que parapetarse, porque en nuestro querido país hay tantas opiniones como españoles y tradicionalmente “Nunca llueve a gusto de todos”
Pero esto no es nuevo, comenzó con el primer gobierno socialista. Al principio muchos nos sentimos ilusionados, pero pronto lloramos. Cuando aquellos “unos” estaban, impusieron sus reglas, a su antojo y modificaron las leyes de la educación a su conveniencia. Se llevaron a sus casas y paraísos fiscales lo que les pareció bien, porque se sintieron autorizados para ello. Ahora, sin ningún pudor estos otros “unos” se “rasgan las vestiduras” y claman al cielo cuando sus oponentes en el gobierno hacen lo mismo, cosa que a algunos nos llena de estupor cuando ellos son especialistas en la aplicación del Refranero: “Cuando seas padre comerás huevos” o sea cuando tu ostentes el poder harás lo que se te antoje, que es exactamente lo que han hecho los unos y los otros con nuestro permiso y complacencia.
No importa quién gobierne, todos sin excepción deshacen, sistemáticamente, lo que el otro creó, no por el bien del país, si no, sólo porque lo impuso la facción contraria, eso del país les viene muy grande. Aquí no se piensa distinto, aquí no hay oponentes, aquí no hay ideas, no se construye, sólo tenemos acérrimos enemigos que olvidan las necesidades del tan traído y llevado pueblo para velar por sus propias necesidades, las de su familia y amigos porque sólo piensan perpetrarse el poder, para manejar España como un patio de vecinos, o su reino de taifas, lo que les permite mangonear a diestra y siniestra sin que nadie les pida cuentas, por eso es muy importante que los gobernados sean ignorantes.
Así pues, nosotros, los ignorantes, los españolitos de a pié, los que estamos lejos de ser parte de su interés pero que estamos en la lista de los alrededor de 16.684.000 millones de trabajadores que cotizan, esos individuos estrujados sin piedad por la administración, que asistimos impasibles a este torneo de tenis permanente que nos lleva, siempre, a una falsa guerra de dos ideas políticas que se desautorizan constantemente, dos ideas políticas que cuentan en sus filas con gente peligrosa para la democracia, gentes clavadas en la época de la dictadura, unos, otros, llenos de rencor, ciegos en busca de venganza, que no han madurado y que son incapaces de dar soluciones porque jamás piensan, sólo se han aprendido el discurso envenenado de sus abuelos y resentidos alimentan los odios de la guerra civil, aquellos que nunca han sentido el orgullo de ser españoles, gentes que aborrecen a España u otros que usan su lógica como arma arrojadiza. Todos ellos olvidan que gobiernan a todos los españoles, los que les gustan y los que no.
Está claro que no nos parecemos a nadie, yo creo que somos gente inteligente y válida pero sólo para sobrevivir. Tenemos unos hábitos horribles, que sólo nos perjudican y creo que, la mayoría, adolecemos del mínimo conocimiento del respeto o la ética.
Tenemos demasiados humos, confort y muy poca preparación. Nos creemos que los modales son servilismo y abrazamos la falta de criterio y la chabacanería creyendo que eso es “la libertad”, cuando ni siquiera tenemos idea de lo que esa palabra significa, ya que, la grosería y la falta de modales no es libertad es simplemente falta de educación y respeto.
Nosotros creemos que la libertad es hacer lo que nos da la gana cuando nos da la gana, sin tener en cuenta a nadie y no sabemos que nuestra libertad termina donde empieza la de los demás. Creemos que la igualdad es la mediocridad y nos paseamos con ropa de marca, falsificada, para emular a los ricos, enseñando a nuestros hijos que los que valen son los señores del cochazo aunque sean personas ignorantes y deshonestas, pero al mismo tiempo les decimos que todo es culpa de los ricos y que estos tienen que pagar para que el estado nos mantenga. Esto confunde tanto a nuestros chicos que al final “Tiran por la calle de en medio” exigiendo privilegios con el mínimo o ningún esfuerzo. Así asistimos a las manifestaciones en las que se destruye el patrimonio, es decir todo el mobiliario urbano que hace nuestra vida más cómoda y grata y que tantos sacrificios nos cuesta a todos los que pagamos impuestos.
No creo que haya nada más difícil que gobernar España porque la mayoría somos ingobernables, con un engorde de la administración pública en donde tenemos a los familiares y amigos de los unos y los otros, engordando la funciones públicas sin la más mínima decencia pero defendiendo sus ventajas y su falta de respeto a los que les pagamos el sueldo.
¿Pero qué hacemos ante tanto despropósito? Nada, tal vez por aquello que nos han repetido tantas veces: “Más vale malo conocido que bueno por conocer”
Esta actitud nos hace vulnerables y vamos perdiéndolo todo, cediendo nuestras empresas, por dos duros y comisiones escandalosas que enriquecen a los listos sin escrúpulos, a otros con intenciones poco sanas para el futuro de nuestros hijos, y todo porque no nos gusta pensar y preferimos vivir de ideas trasnochadas e inútiles, esperando siempre que otro haga algo y nos resuelva la papeleta.
Comienzo esta serie del refranero porque creo que la mayoría de nuestros refranes reflejan nuestras decisiones y nuestra idiosincrasia, no sé si sabré interesaros en el tema que me preocupa a través de la crítica de lo peor de nuestras decisiones, en todo caso lo comparto con vosotros.
Por supuesto que hablo en general abarcando todos los estamentos y hasta el último de nosotros, si es que se puede aplicar esta escala; por lo tanto asumo que molestaré a los que se sientan reflejados o responsables de nuestros desastres en los últimos años y como son responsables espero asuman que no tienen excusa para continuar pensando que lo hicieron bien.
Habrá muchas realidades que desconozco y siguiendo el principio de que sólo veo con mis ojos y oigo con mis oídos evidentemente no tengo todos los elementos de juicio, este es el compendio de lo leído, escuchado, observado y vivido desde que volví a España en 1972.
Aliama Narval
La letra con sangre entra” Ha llovido mucho. Desde el sopapo y el guantazo propinado a los alumnos rebeldes hasta el momento en que el profesor se ha sentido intimidado por sus educandos, han pasado cuatro décadas. Ni aquello ni esto, pero ¿Qué ha ocurrido con la educación todos estos años para que tengamos semejantes resultados?
Yo que me siento testigo de excepción por dedicarme a la enseñanza, he observado cómo nuestros sucesivos gobiernos, con honrosas excepciones, deterioraban la enseñanza preocupados más por adoctrinar que por preparar a los nuevos ciudadanos en plenitud para que alcanzaran sus metas en su vida. Al correr de estos años ha primado la adoración por el dinero y su adquisición a cualquier precio, potenciando así la aparición de castas que han modificado las leyes para vivir del esfuerzo de los ciudadanos que a su vez suspiran por encontrarse en la posición de privilegio de dichas castas. ¡Aquí el que no corre vuela!
Para poder controlar a los contribuyentes que contribuirían a su prosperidad la educación debía estar encaminada a la falsa y nefasta idea de que todos somos iguales, con lo que se ha favorecido el que gente con muy poca preparación y experiencia, apoyada por un número suficiente de ciudadanos de su condición se hayan posicionado en Ministerios, altas instancias de la Judicatura e incluso hayan llegado a la presidencia sin ni siquiera conocer el idioma universal que ha impuesto la ciencia, la tecnología y el comercio internacional. Si supiéramos pensar sabríamos que cada uno de nosotros es único e irrepetible y por tanto cada uno de nosotros tiene una visión distinta de las cosas, lo único que puede ser igual son las oportunidades, pero junto con los derechos adquirimos grandes responsabilidades y si queremos ser libres y demócratas, más nos vale aprender lo que esos conceptos significan.
Poco a poco se ha fraguado un total desconocimiento de los buenos modales, así como una muy discutible y superficial preparación profesional, aderezada con un total desprecio por la cultura y el conocimiento, haciendo a nuestros ciudadanos cada vez más pobres en recursos lingüísticos y de urbanidad, por tanto menos capaces de aprender, generando así una cultura en la que se trabaja poco y mal y se espera todo de un gobierno, que como un padre hace, para que los niños lo dejen en paz, se saca de la manga subsidios y ayudas sin una planificación y control creando toda suerte de amigos y seguidores parásitos sociales, que de haber sido bien preparados serían un elemento de progreso y sustento para ellos y su país.
Claro que gente preparada significa gente exigente con la calidad de sus instituciones, sin embargo nosotros el pueblo somos muchas veces incapaces de ver más allá del dinero del subsidio y la gratuidad, cosa que de saber pensar descubriríamos no existe, porque tal gratuidad no es más que el dinero de los españoles que cotizan. Esto parece ser lo que hemos conseguido con el gobierno del pueblo en democracia, es esto lo que tenemos como cosecha desde que comenzamos nuestra andadura en libertad, esto es lo que hemos instituído como “solidaridad” esto lo que nos hemos regalado; corrupción a tal escala y tan generalizada desde todos los estamentos de poder ya sea Judicial o Político, hasta el último escalón social, haciendo que Jueces e ilustres mandatarios y parlamentarios se vean ligados al poder económico participando en empresas y negocios de dudosa condición, convirtiendo lucrativas estafas en operaciones legales y aplaudiendo la mofa al ciudadano corriente a quien, según sus comentarios, “es tan fácil engañar.”
¿Qué pasa con nuestra España? ¿Qué fue de las ilusiones de aquellos niños curiosos que yo tenía en mis clases, cuyos padres soñaban para ellos una educación superior? ¿Qué fue del Honor que queríamos para nuestra nueva andadura? ¿Qué fue del orgullo? ¿Cómo pueden tan ilustres Instituciónes proteger a tanto bandido? ¿Qué pasó con nosotros y cuando dejamos de soñar con un país mejor para soñar con una cuenta en un paraíso fiscal?
Me hago estas y otras preguntas una y otra vez y de pronto veo nuestras dificultades con la perspectiva del tiempo. Estamos siempre programados por los fracasos de nuestros gobernantes, los que nosotros hemos elegido por nuestro desconocimiento absoluto de lo más elemental.
Somos manipulados para hacernos enfermizamente débiles y dependientes: del paro, de los subsidios, de las ayudas; así, aceptamos, de buen grado, que nos gobiernen los débiles, inseguros e ignorantes sólo interesados en medrar y manejar el cotarro para su propio beneficio, dejando siempre esa puerta abierta por si nos toca algo en la repartición, porque esto que ocurre en nuestro país sólo es posible con nuestra connivencia.
Nosotros, por tradición y doctrina, por aquello de que España es diferente, aceptamos ser distintos, “especiales”, de ese modo no tenemos que esforzarnos en aprender, ya somos, por el hecho de estar. Esta puede que sea una magnifica excusa pero poco válida y poco justa para nuestro bienestar. Lo peor de todo este entramado de excusas es que en el fondo nosotros no nos creemos valiosos e inventamos dificultades y tomamos atajos que siempre nos conducen al trapicheo, al compadreo indiscriminado y por ende al desastre.
Si no sabemos enseñar algo, argumentamos que los alumnos son inútiles o que a los españoles, por ejemplo, no se nos dan bien los idiomas, sin plantearnos siquiera, como podríamos aprender desde la perspectiva de nuestro idioma e ignoramos, o peor, nos es indiferente, que por ejemplo, Estados Unidos de Norteamérica, Alemania y todo el mundo está plagado de genios españoles investigando y contribuyendo en la invención del futuro de la ciencia y al progreso de la humanidad.
A parte de nuestra torpeza de querer creer que lo nuestro es lo mejor y hacer oídos sordos al que nos pueda aportar algo diferente y mejor, está esa cultura de funcionario, un pequeño gran esfuerzo por aplicar el mínimo esfuerzo el resto de la existencia, pensamiento que es reforzado por políticos con una formación escasa pero con mucha arrogancia y dudoso encanto nos llevan siempre hacia una masa informe que ya ha demostrado ser un fracaso en todo el mundo ¿Pero cómo podemos desprendernos de esas formas si nuestra gente piensa que ¡Ande yo caliente, ríase la gente! si lo que importa es mi millón y no el montón de ciudadanos que perjudico?
Por alguna extraña razón, no llegamos a comprender que aprender nos aporta muchos modos diferentes de ver la vida, y, que conocer otras culturas, enriquece todos nuestros proyectos. No queremos entender que el progreso de uno, es el progreso de todos, vivimos acorazados en algunas ideas peregrinas que siempre nos llevan a la confrontación. Todo lo queremos arreglar haciendo que paguen los otros, nunca nos enfrentamos a nuestra pobre actuación y nunca creemos que tengamos que mejorar.
Nosotros, durante años, no hemos creído que esto fuera importante y hemos montado en cólera por la imposición del bilingüismo, y ni hablar del trilingüismo, que levanta tantas polvaredas que relega a nuestros niños a la posición de ciudadanos de tercera. ¿Siempre el país de Gila, todos iguales, más pobres e ignorantes cada día?
¿Quién se puede creer a estas alturas del desarrollo humano que a un niño le puede confundir aprender varios idiomas a la vez?
No queremos aceptar que saber es poder y que si nos nutrimos de información iremos seleccionando a la gente que administra nuestra ciudad y nuestro país, mirando con lupa a quien maneja nuestra economía, con otra exigencia, con otros valores más éticos de los que nos han acompañado hasta hoy, no porque seamos “buenos” si no porque sabemos las consecuencias que acarrea el hecho de que todo el que pueda meta las manos en nuestro dinero público. ¿Por qué no podemos tener en cuenta el buen ejemplo de otros que han aprendido a hacerlo mejor, al final de cuentas: “El saber no ocupa lugar”.